En la NBA se han visto muchas cosas tanto dentro como fuera de las canchas, pero hasta ahora, en lo que se refiere a presentaciones de jugadores, todo había caminado sobre el marcado camino de «estamos contentos», «estamos emocionados por dar la bienvenida a…», «nos ayudará a crecer»… Eso ha cambiado desde hoy. Rob Pelinka, en su comparecencia junto a Kentavious Caldwell-Pope, nos ha dejado esta perla.
«Me atrevería a decir que hay gente en esta habitación familiarizada con las historias que cuenta el Génesis, donde hubo un tiempo en el que los israelitas vagaban por el desierto y de repente el pan descendió del cielo. A eso se parece el que KCP se una hoy a nosotros», explicó.
Entendiendo lo que desea expresar el general manager angelino, y aunque la historia bíblica esté bastante lejos de ser exacta, no parece para tanto que los Lakers se hayan hecho con el exjugador de los Pistons, sobre todo porque su vinculación es solo por un año.
Más halagos
Lo que está claro es que la llegada de Caldwell-Pope ha tenido un efecto positivo en los Lakers, donde se ven cada vez más cerca de construir un equipo ganador. En relación a ello, y también sobre el nuevo escolta de los de California, Magic Johnson ha asegurado que para su padre fue el año pasado el mejor jugador de los Detroit Pistons. Puede triunfar o no, pero el cariño lo tiene ya ganado.
