Philadelphia está a un paso de eliminar a Brooklyn por la vía rápida. Tras marcar distancias en casa, anoche conquistaron territorio neoyorquino por 97-102 para poner un 3-0 en la serie que es casi definitivo.
Los chicos de Doc Rivers empezaron mejor, pero ello no evitó que los Nets tirasen de orgullo (y baloncesto) para firmar un excelente tercer cuarto que les sirvió para entrar en el definitivo con seis puntos de ventaja. No les sirvió de mucho. Los 76ers no bajaron los brazos y lograron un parcial de 15-26 en los 12 últimos minutos para ser ellos quienes acabasen cantando victoria.
El momento decisivo de la noche llegó con ocho segundos por jugar. Spencer Dinwiddie encaraba la canasta para poner el empate, pero se encontró con un gigante llamado Joel Embiid que taponó su intento. Fue la culminación a una recta final en la que al otro lado, en ataque, fue Tyrese Maxey quien brilló con luz propia al anotar ocho puntos seguidos para dar la vuelta al marcador. El guard concluyó la noche con 25 puntos, incluyendo un 5 de 8 en triples.
Lo cierto es que esa actuación de Maxey se hizo más que necesaria para los Sixers. Embiid no estaba rindiendo a su nivel habitual, sobre todo en ataque, y James Harden fue expulsado en el tercer cuarto por un golpe a un rival. Maxey entendió que había llegado su momento.
«Esta noche, cuando nuestro manejador de pelota, nuestro líder… estaba fuera, tocaba asumir ese papel en el último cuarto y ayudar a ocuparnos de nuestros asuntos, ayudar a ganar el partido», expresa Maxey.
Si bien Harden no pudo jugar más de 29 minutos al ser expulsado, acabó siendo el segundo máximo anotador del equipo al marcharse hasta los 21 puntos. Embiid por su parte finalizó con un doble-doble de 14 puntos y 10 rebotes.
Vaughn, orgulloso de los suyos
Brooklyn no ganó, pero dio muchísima guerra. Con Mikal Bridges yéndose a los 26 puntos y Spencer Dinwiddie alcanzando los 20, estuvieron realmente cerca de llevarse el partido; tanto es así que hasta la eclosión final de Maxey dominaban por cinco puntos a algo más de dos minutos del final. Terminaron perdiendo, pero Jacque Vaughn está satisfecho.
«Le dije al grupo que fue genial ver cómo no se rindieron, cómo crecieron esta noche», expresa el head coach de los neoyorquinos, quien en el siguiente partido enfrenta el reto de no ser barrido por los de Pensilvania.
(Fotografía de Sarah Stier/Getty Images)