Ejercicio de fondo de armario el que hicieron anoche los Sixers. Joel Embiid, quien llevaba días arrastrando problemas en la rodilla, descansó, y Tobias Harris, a quien se puede definir como segundo espada del equipo, también se ausentó al entrar en el protocolo de salud y seguridad de la NBA contra el coronavirus. Todo parecía escrito para que Portland cantase victoria, pero Philadelphia tenía otro plan para celebrar la llegada de noviembre.
Seth Curry fue el máximo anotador de la noche con 23 puntos, Andre Drummond jugó un gran encuentro con 14 puntos, 15 rebotes, 7 asistencias y 5 robos, y Georges Niang se fue hasta los 21 puntos desde el banquillo para incluso escuchar gritos de MVP desde la grada. Fue una verdadera fiesta en el Wells Fargo Center.
«Ha sido genial. Estaba bromeando con Michael Rubin (uno de los propietarios del equipo). Le dije: ‘solo tenías 105 millones de dólares que no estaban sobre la cancha esta noche’. Fue simplemente un gran esfuerzo en equipo. Fue una noche en la que todos aportaron algo para ayudarnos a ganar el partido», comenta Doc Rivers.
Los 76ers, ahora con balance de 5-2, han logrado su tercer triunfo consecutivo en el que fue el primer encuentro en cuatro noches para ellos. Desconocemos si para enfrentarse a los Bulls estará disponible Embiid (todo hace indicar que sí), pero quien no podrá jugar con total seguridad es Harris, ya que acaba de entrar en el protocolo y se estima su baja en unos 10 días.
Billups habla de partido trampa
Así es. Chauncey Billups cree que el hecho de enfrentarse a un equipo sin sus estrellas les perjudicó. El head coach de los Blazers entiendo que ello provocó una motivación extra en el rival y relajación en los suyos. «Es el partido trampa perfecto. Bajas un poco la guardia de forma natural y te enfrentas a unos muchachos que se mueren por jugar 25 o 30 minutos. Saltan a la cancha y demuestran que quieren tener más minutos. Eso es justo lo que sucedió», relata.
Lo cierto es que fue un partido igualado en casi todo momento, pero con Portland rebufo. En la recta final los Sixers fueron simplemente mejores. Los Blazers llegaron a estar a tres puntos con cuatro minutos por jugar, pero desde ese momento lograron una sola canasta… La puntería sigue sin estar afinada en los de Oregon, y prueba de ello fue una vez más Damian Lillard, quien se quedó en un 2 de 9 en triples para un total de 20 puntos. Esa misma cantidad aportó C.J. McCollum y Norman Powell puso otros 22 tantos sobre la mesa. Fue insuficiente. Los Blazers se quedan con 3-4.
Vítores para Lillard
Parece que los aficionados de Philadelphia han hecho su elección. Con la salida de Ben Simmons siendo una cuestión de tiempo, los fans de los Sixers vitorearon en las presentaciones a Damian Lillard e incluso corearon ‘¡queremos a Lillard!’ cuando este fue a la línea de tiros libres en el último cuarto. El base de los Blazers contestó así al cariño recibido. «Se trata de la ciudad del amor fraterno y mostraron algo de amor a un hermano. Sé de qué se trata. Aprecio el cariño, el respeto que mostraron o cómo lo quieras llamar».
(Fotografía de Tim Nwachukwu/Getty Images)