Ni un respiro. Ni una concesión. Ni una mísera pizca de buena suerte.
Cuando sus estrellas no pudieron estar, de las pocas cosas bien que hicieron bien en Philadelphia 76ers fue extraer los jugos del último Draft, y en particular de su pick de primera ronda, Jared McCain.
Una elección 16 siempre promete, pero pocos esperaban que el joven base se hiciese con las riendas de la dirección y, sobre todo, de la anotación, en detrimento de veteranos como Kyle Lowry o Reggie Jackson. Pero así lo decidió Nick Nurse en una decisión audaz, y vista su producción desde la segunda unidad optó por darle directamente la titularidad.
Aunque sus buenas actuaciones no bastaban para arañar victorias, su aportación sin duda sería de gran ayuda para mantener la rotación despierta una vez regresasen Tyrese Maxey, Paul George y Joel Embiid al máximo nivel. Pero justo cuando empezaban a ver la luz al final del oscuro túnel, la desgracia ha vuelto a golpear por partida dobla en la franquicia.
Calamidad ante Indiana
Todo ocurrió en el mismo partido.
Primero fue la nueva lesión facial de Embiid, que le hará perderse otro puñado de encuentros, y ahora ha sido McCain quien da la nefasta noticia: un dolor al término del encuentro del viernes ante Indiana Pacers que, tras realizar las pruebas pertinentes, se ha traducido en un desgarro del menisco lateral de la rodilla izquierda. Una lesión lo bastante grave como para pasar obligatoriamente por quirófano y dejarlo fuera de los rectángulos por tiempo, por ahora, indefinido.
El ex de Duke, que era un firme candidato a pelear por el Rookie del Año, venía promediando 15,3 puntos y 2,6 asistencias con un 46% en tiros de campo y un acierto superior al 38% en triples.