Philadelphia sonríe: Golden State no tanto. Enfrentados anoche en Pensilvania, Sixers y Warriors dejaron claro que viven momentos puestos. Los primeros, con James Harden ya recuperado, están en plena racha positiva y suman cuatro triunfos consecutivos. Los segundos, sabedores que de no podrán contar con Stephen Curry durante varias semanas, sufrieron su tercera derrota seguida.
Todo ello estuvo presente en el Wells Fargo Center. Se encontraban dos buenos equipos y se notó sobre el parqué. Los chicos de Steve Kerr empezaron mejor y gozaron de rentas cercanas a la decena de puntos en el primer tiempo. Parecía que podrían luchar por la victoria, pero fue un espejismo. Al descanso Philadelphia ya había igualado el choque y en la segunda parte superó claramente a su rival hasta el 118-106 final. Sí, no tener a Curry en momentos de atasco ofensivo es un gran problema.
En ausencia del estelar base, a la cual se suman las de Draymond Green y Andrew Wiggins, el peso recayó sobre Klay Thompson, quien sin embargo no tuvo una buena actuación. El escolta concluyó con 12 puntos tras firmar un 4 de 17 en tiros de campo, lejos de los que se espera de un jugador con su importancia. Así comentaba Kerr la actuación de su pupilo. «Fue una noche difícil para Klay. Puso todo su esfuerzo sobre el parqué, pero los tiros no entraban. Simplemente no fue su noche, pero se recuperará», sentencia.
Bastante mejor que Thompson estuvo Jordan Poole, quien firmó una hoja estadística de 29 puntos con un 10 de 20 en tiros de campo; así como Donte DiVincenzo, quien alcanzó los 17 tantos con un fantástico 5 de 8 en triples.
Embiid y Harden, en forma
Cuando James Harden llegó a los 76ers era algo así lo que debían imaginar sus aficionados. Joel Embiid sigue en modo MVP (lo activó hace años) y se fue hasta los 34 puntos y 13 rebotes; Harden por su parte tampoco faltó a la cita y concluyó con 27 puntos y 9 asistencias. Una combinación de ambos a este nivel no puede sino traducirse en numerosas victorias para el equipo dirigido por Doc Rivers.
«Lo más importante es que todos han aceptado el plan. Ahí está la clave. Todo el mundo sabe a dónde tiene que ir y a dónde tiene que ir la pelota, así como que ésta no puede quedarse pegada en las manos de nadie. Siempre tiene que haber movimiento», sentencia el center.
(Fotografía de Tim Nwachukwu/Getty Images)