Tras cinco derrotas consecutivas, los Suns han vuelto a ganar. Los de Monty Williams vencieron por un cómodo 111-95 a unos Clippers plagados de suplentes, que fueron la mejor medicina para un equipo que estaba atravesando un momento bastante complicado. Phoenix ha logrado cortar momentáneamente la hemorragia, pero no será hasta los próximos duelos cuando veamos si de verdad han sanado la herida o si simplemente han puesto una tirita en un corte mucho más grande.
Y es que, ante un equipo sin Kawhi Leonard, Paul George, Norman Powell, Reggie Jackson e Ivica Zubac, resulta complicado sacar conclusiones acerca de la imagen ofrecida por los de Arizona. Los de Tyronn Lue apenas presentaron oposición y fueron absolutamente pulverizados hasta el momento en que los Suns decidieron que ya no valía la pena seguir esforzándose por ampliar la ventaja, algo que pareció ocurrir poco después del descanso. Al verse 31 puntos arriba, los locales levantaron el pie del acelerador y dejaron que la distancia se estableciese entre los 15 y 20 tantos, garantizándose una victoria sin sufrimiento con muchos minutos de antelación.
Phoenix ni siquiera necesitó una gran versión de sus dos estrellas, pues Devin Booker y Chris Paul terminaron con 14 y 15 puntos respectivamente en una noche no especialmente inspirada en el tiro, especialmente en el caso del escolta que se quedó en un 6/22. El base brilló especialmente en la distribución con 13 asistencias, dejando que fueran otros quienes destacaran, algo que aprovechó como nadie Mikal Bridges. El alero, más protagonista de lo habitual, igualó su segunda mejor anotación del curso al alcanzar los 27 tantos, liderando así a los suyos en una noche bastante tranquila a la que, sin embargo, no quiso restar importancia.
«No existen los partidos fáciles en esta liga» aseguró. «Sé que les faltaban varios hombres, pero los jugadores que tenían siguen siendo parte de la competición. Nosotros hemos salido a jugar duro, y nos ha sentado bien empezar metiendo los tiros desde el principio».
En los visitantes, hubo oportunidades para hombres menos habituales como Terance Mann, que con 22 puntos y 11 rebotes firmó su mejor actuación de la temporada a pesar de que valió de más bien poco. Brandon Boston Jr. y Marcus Morris, con 16 y 14 tantos, le acompañaron en un choque que parecía destinado al olvido incluso desde antes de empezar, y desde luego los angelinos hicieron poco por evitar que así fuese. Las rotaciones masivas y las noches de desconexión son ya algo habitual en el equipo, que, como su estrella, no parecen especialmente emocionados por la temporada regular.
(Fotografía de portada: Harry How/Getty Images)