La historia reciente de Carmelo Anthony es una de las más extrañas de la NBA. Cuando en el verano de 2017 recaló en los Oklahoma City Thunder con el objetivo de formar un Big-Three temible, pocos podía esperar que dos años después estaría completamente denostado y enfrentándose a una realidad terrible: nadie lo quiere en su equipo.
El punto de conexión entre estos dos extremos tan radicales es su paso por Houston, a donde llegó tras el fracaso en los Thunder con el objetivo de levantar su carrera. Nadie esperaba ya de él que fuera una estrella, ni siquiera uno de los pilares del equipo, y se confiaba en él como una especie de alivio para la segunda unidad que aportase con su habilidad para anotar más de lo que podía restar en otras facetas. Esto, sin embargo, no ocurrió, pero es entonces donde comienza lo curioso.
Los Rockets podrían simplemente haberlo mantenido en uno de los últimos puestos de la rotación, pero en lugar de ello, con solo 10 partidos disputados, decidieron mandarlo al exilio como si de Napoleón se tratara. ¿Por qué? La explicación es como poco curiosa.
Bomba mediática
Según señala Baxter Holmes, periodista de ESPN, desde la franquicia texana consideraban que era insostenible a nivel mediático tener a Carmelo Anthony sentado en el banquillo noche sí, noche también. Los Rockets, que habían empezado la temporada de forma más que dubitativa, tenían que cambiar las cosas y necesitaban el menor número de distracciones posibles. Así que hicieron lo que tenían que hacer.
«Como se llamaba Carmelo Anthony, tuvimos que tratarlo de forma diferente» apunta una fuente del equipo.
El resto es historia, una historia que, por otra parte, no esperaban en la franquicia texana. De hecho, según esta información, en Houston daban por hecho que el alero no tendría problemas para encontrar equipo, ya que, como muchos, pensaban que acabaría uniéndose a los Lakers, algo que como todos sabemos no ocurrió. Quizás en Los Ángeles también vieron innecesario echar más leña a una hoguera que no estaba precisamente apagada.
(Fotografía de portada: Elsa/Getty Images)