Cuando ayer se despertó para encarar el último partido del año, ya sentía que algo no iba bien. Kristaps Porzingis se perdió el duelo ante los Rockets, que acabarían perdiendo por 129-122, por unas fuertes molestias en el tendón de Aquiles de su pierna izquierda.
«Cuando me levanté y traté de caminar, ya sentía que me dolía y la zona estaba resentida», confesó el mismo jugador. «Traté de ponerme en marcha, de calentar la zona, pero no me sentía bien. Ni siquiera sé cómo sucedió, no fue algo concreto».
Lo cierto es que este dolor es algo nuevo para el joven jugador de los Knicks, y parece que el origen podría estar en el partido ante Atlanta del pasado miércoles, cuando ya comenzó a sentir molestias.
«Una vez calenté, me sentía para jugar, pero luego al sentarme y también en el entrenamiento previo al partido sentía que el dolor estaba ahí. Tras jugar ante los Hawks sentí que esa parte estaba bastante sensible», añadió Porzingis, que se probará de nuevo para el siguiente partido para ver si ese dolor persiste o ya se ha disipado.