Previa NBA 2015-16: Utah Jazz

Ante el inminente comienzo de un nuevo curso en la NBA, hacemos un repaso a los 30 equipos de la competición de cara a la temporada 2015-16. Hoy nos centramos en los Utah Jazz.

Utah Jazz

Entrenador: Quin Snyder.

Plantilla:

  • Bases: Trey Burke, Raul Neto, Dante Exum.
  • Escoltas: Alec Burks, Rodney Hood, Elijah Millsap.
  • Aleros: Gordon Hayward, Joe Ingles, Chris Johnson, E.J. Singler.
  • Ala-pívots: Derrick Favors, Trevor Booker, Trey Lyles.
  • Pívots: Rudy Gobert, Tibor Pleiss, Jeff Withey.

Salarios: 64.734.304 $, 28º equipo con mayor carga salarial en la NBA.

 Agentes libres 2016

  • Sin restricciones: Trevor Booker.
  • Con restricciones: 

Leyenda: (E) opción equipo; (J) opción jugador, (F) posibilidad finalización anticipada, (C) oferta cualificada.

Análisis: Una fortaleza que necesita dirección y reservas

Los años 90 de Stockton y Malone se fueron, quedaron para la posteridad pero sin premio. Los 2000 tuvieron destellos y grandes momentos pero los sueños quedaron todavía más lejos. En la década actual y tras el adiós de Jerry Sloan y Deron Williams en Utah no saben lo que es ganar más de 40 partidos en una temporada, aunque en el curso del lockout (2011-2012) consiguieron entrar de puntillas en Playoffs solo para llevarse un 4-0 de San Antonio Spurs. Como sucede siempre en la NBA llegó el turno de reinventarse y de volver a construir sobre cimientos más sólidos y así se despidieron del lago salado jugadores como Paul Millsap y Al Jefferson para dar paso a un 2013-14 considerado de tanking.

En el Draft de 2014 las gorras de los Jazz fueron a parar a las cabezas de Dante Exum y Rodney Hood, y en los banquillos volvió un viejo conocido a ocupar esta vez el asiento principal: Quin Snyder. Y ahora, solo un año después, podemos decir que Utah Jazz afronta la temporada 2015-16 con optimismo y ambición, aunque con necesidades claras para dar el siguiente paso. A nadie escapó la espectacular racha del equipo tras el All-Star, una explosión cimentada en la defensa más solida de la NBA que llevó a los de Salt Lake City a un 19-10 en esos 29 últimos encuentros, incluido un 8-6 contra equipos que terminarían disputando los Playoffs.

Uno de los detonantes del gran cambio de identidad del equipo fue el trade de Enes Kanter rumbo a Oklahoma City Thunder, donde acaba de firmar un contrato por el montante máximo. Enes Kanter, Derrick Favors y Rudy Gobert, mucha juventud y mucho talento pero una pintura pequeña para desarrollarlo al mismo tiempo, alguien tenía que partir y el elegido fue aquel que tenía la etiqueta de agujero defensivo, pese a que en labores de ataque destacaba sobremanera. El resto es historia (reciente) y llegaremos a ello, pero antes un dato que sería triste dejar en la sombra: los Jazz fueron el equipo que más veces machacó el aro rival la temporada pasada. 401 mates.

A la hora de analizar a la franquicia del estado de los mormones ocurre algo curioso y es que parece algo compuesto para un relato o una canción. Empieza lento, normal, pausado, tiene un primer estribillo y al llegar a la plantilla, queriendo recorrer las posiciones del ‘1’ al ‘5’, te encuentras con el nudo, el problema, el momento piano. Los bases de Utah Jazz y en cierto modo los escoltas son la antesala de un crescendo que comienza con Gordon Hayward y termina en el desenlace feliz  y el festival de percusión de un juego interior tan dominante como esperanzador.

Por partes. Utah necesita un base y lo necesita ya. La lesión de Dante Exum jugando para su selección ha sido un contratiempo que todavía ha complicado más el agujero en la dirección del equipo, pero la presencia del australiano tampoco se demostraba suficiente, al menos por el momento y especialmente a la hora de lanzar a canasta. Trey Burke podría comenzar como titular y desde que fue drafteado en 2013 no ha logrado convencer a nadie en el Vivint Smart Arena (antes EnergySolutions Arena). El papel de director de orquesta le queda grande a día de hoy y la incorporación de un Raul Neto que tendrá que aclimatarse no soluciona nada.

En este contexto se ha visto, en diferentes dosis, a Alec Burks, Joe Ingles y Gordon Hayward subiendo el balón para iniciar las jugadas. Y lo volveremos a ver, sobre todo por parte del último pero también del primero, un Burks que nos ha enseñado que sin ser uno de los mejores tiradores de la NBA es una de las pocas amenazas exteriores en el backcourt de los Jazz. Rodney Hood es una de ellas y cabe esperar un paso adelante en su año de sophomore tras una primera temporada en la que fue el 13º mejor jugador de la liga a la hora de anotar tiros creados por él mismo. Por detrás y con capacidad para ser escolta o alero se encuentra Elijah Millsap, otro joven proyecto que tiene que crecer para empezar a llenar el relativo vacío exterior del equipo.

Joe Ingles ayuda, es un complemento necesario, sabe meterla y también irá a mejor, pero tiene por delante al ’20’. Gordon Hayward es una estrella de la NBA y todavía no conocemos cuáles son sus límites. Algunos se sorprenderán por la afirmación, otros dirán que está sobrevalorado y otros que lo que ocurre es todo lo contrario. Hayward viene de promediar 19,3 puntos, 4,9 rebotes, 4,1 asistencias y 1,4 robos en un equipo cojo en la dirección y su progresión de puntos desde que debutó en la 2010-11 es la siguiente: 5,4 – 11,8 – 14,1 – 16,2 – 19,3. Y subiendo. Sumando a todos los escoltas y aleros de la NBA, el de los Jazz fue el 8º que más participó en la creación de jugadas (12,8% de usage), algo muy destacable cuando por delante hay jugadores de otro planeta como LeBron James o James Harden.

Hayward forma junto a Derrick Favors y Rudy Gobert el trío de oro de la franquicia, el clímax de la obra. La salida de Kanter provocó que el francés tirara la puerta abajo a base de intimidación y defensa. Algo más limitado en ataque, en parte por la ausencia de amenazas reales en el perímetro para abrir la cancha, Gobert se ha destapado como la pareja ideal para Favors y juntos crean un muro contra el que pocos valientes osan chocar. Sus compañeros lo saben y no son tan reacios a una marca por fuera que invite a los contrarios a buscar el aro en penetración. Datos: desde que se formó el dúo, los Jazz solo permitieron 98,9 puntos por cada 100 posesiones, una cifra que los coloca líderes en la estadística con un nada desdeñable margen sobre sus perseguidores. Claro que sin Kanter el equipo pasó a ser el 22º en eficiencia ofensiva cuando la media de la temporada les colocó 15º.

Favors elevó sus guarismos la pasada campaña hasta los 16 puntos y 8,2 rebotes cumpliendo con una progresión en la que cada año ha anotado más que en el anterior. Gobert estará en las conversaciones sobre el premio a mejor defensor del año. Detrás de ellos y recién llegado de Kentucky otro jugador a observar, Trey Lyles, que se desempeña entre el ‘3’ y el ‘4’ y que tendrá que pelear duro por minutos en un equipo en el que casi todos los miembros están en fase de crecimiento. Trevor Booker es un buen recambio en el ala-pívot y no es sospechoso de guardarse energías en la cancha, pero siendo expiring y teniendo en cuenta las necesidades de los Jazz tiene algunas papeletas para terminar saliendo. El alemán Tibor Pleiss será en el mismo modo que Lyles y Booker necesario para descargar minutos de la dupla titular, mientras que Jeff Withey buscará oportunidades para colaborar en defensa cuando sea necesario.

En resumen, los Jazz son uno de los equipos más interesantes de cara a la próxima temporada. Su defensa, su impresionante juventud y el posible desarrollo individual y grupal ligado a ella, nombres como Hayward, Favors y Gobert, pero también Lyles, Hood, Burks… El problema es evidente pero puede tener solución, no en vano la franquicia va a disponer de un margen salarial al alcance de muy pocos. En Utah han construido toda una fortaleza con un futuro lleno de luces pero necesitarán alguien que la dirija y buenos reservas para las largas batallas en el Oeste.

¿Pueden alcanzar los Playoffs?

Pueden. Sus pros compensan a sus contras y una defensa como la de Utah Jazz gana muchos partidos. No obstante, seguramente dependan en buena parte de la suerte de otros equipos como Sacramento Kings, Dallas Mavericks o Phoenix Suns, de que sufran una de sus caídas, o de que ocurra una nueva gran sorpresa entre aquellos 6 o 7 equipos que parecen fijos y se amplíen las plazas para esa ristra de escuadras llamadas a sudar sangre para hacerse con los últimos billetes al tren de la postemporada. El tramo final de la pasada campaña y la evolución obligada por el paso del tiempo de un equipo tan joven son los principales argumentos para creer en que la vuelta de Utah a los Playoffs está cerca y en que puede ser este mismo año.


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