Prohibido dar por muertos a los Heat

Si el logo de los Celtics es un trébol de la suerte, el de los Heat debe ser una mala hierba. Porque como demostraron en el TD Garden, parece que no hay forma de matarlos. Y es que si la dura derrota del Game 1 hizo a muchos descartar cualquier posibilidad de emoción en esta eliminatoria, el segundo encuentro terminó con un 101-111 en el marcador que ha servido de recordatorio de que eso debería estar prohibido. Al menos mientras haya un señor llamado Erik Spoelstra en el banquillo.

Con su planteamiento defensivo, el técnico logró anular a Kristaps Porzingis como factor en ataque, lo cual generó un atasco en unos Celtics acostumbrados a que el letón sea el hombre que más espacios abre para el resto. Y con ello, la circulación de balón rápida con la que encontrar buenos lanzamientos desapareció casi por completo, limitando la capacidad de los locales para convertir el triple, su herramienta favorita, en su arma principal. Un arma que esta noche iban a usar contra ellos.

En 2023 ya vimos a estos Heat tener la capacidad de hundir a base de triples a cualquier defensa, y esta vez sublimaron esta versión. Con 23 aciertos desde el perímetro, los de Florida firmaron el mejor registro de su historia en un partido de playoffs, y por si fuera poco lo hicieron con un descomunal acierto del 53,5% (23/43) que constituye una de las noches de mayor precisión jamás vistas en postemporada con tal volumen de tiro.

Con la defensa local centrada en cerrar la pintura ante posibles penetraciones y el poderío de Bam Adebayo, el resto de sus compañeros se encontraron con espacios en el perímetro para lanzar y no los desaprovecharon. Caleb Martin, experto en crecerse ante Boston, convirtió 5 triples, Nikola Jovic y Jaime Jaquez sumaron 3 cada uno, los mismos aportó Haywood Highsmith desde el banquillo, Duncan Robinson contribuyó con 2 más… Pero el que se encargó de dar sentido a todo fue Tyler Herro.

Ejerciendo más de base que nunca, lideró al equipo en anotación con 24 puntos y en generación con 14 asistencias, convirtiendo, esta vez sí, a estos Heat en su equipo en ausencia de Jimmy Buttler. Herro usó su habilidad para generarse sus lanzamientos no solo para sumar en su casillero, sino para atraer ayudas de la defensa de Boston y regalar oportunidades a sus compañeros, que respondieron anotando la mayoría de lanzamientos que creó para ellos. Estas dos herramientas fueron de hecho fundamentales en el parcial de 5-20 que dio a Miami una cierta ventaja en el tercer cuarto, una ventaja que ya no dejarían escapar pese a los intentos de los de Mazzulla.

Estos, comandados por los 33 tantos de Jaylen Brown y los 28 de Jayson Tatum, trataron de volver a tomar el control del choque, pero a cada intento de reducir la diferencia llegaba una respuesta visitante, normalmente en forma de tiro de tres. Y con sus estrellas yendo de más a menos a lo largo de la noche, simplemente no hubo forma de recuperar la delantera. Boston debe evitar entrar en pánico y tratar de recordar que la serie sigue igualada y que sobre el papel tiene más recursos y talento que estos Heat, pero lo que quedó claro hoy es que debe evitar darlos por muertos. Al menos hasta que no haya un 4 en su casillero de victorias

(Fotografía de portada: Winslow Townson/Getty Images)


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