Con un balance de 27-41 y a punto de verse por cuarta temporada consecutiva sin playoffs, se podría pensar que New York Knicks se plantearía un nuevo cambio de entrenador. Pues no. Según informa Marc Berman de New York Post, el puesto de Jeff Hornacek no peligra.
No lo hace no por méritos deportivos, sino más bien por motivos sociales y económicos. Fuentes manejadas por el citado medio aseguran que ni la intromisión de Phil Jackson en el apartado ofensivo ni los problemas de conexión de Hornacek con el vestuario –que los hay– tienen el suficiente peso como para que El Maestro Zen despida a su técnico jefe.
A diferencia de lo ocurrido con Derek Fisher, Jackson ha entablado una relación cercana con Hornacek. El adiós del primero, a quien muchos veían como el entrenador perfecto para trabajar a la complicada sombra de Phil, se dio porque éste quiso separar su relación con el presidente de los neoyorquinos de lo que atañe a los entrenamientos tácticos en sí. Además, la comunicación entre ambos nunca fluyó.
El caso de Jeff es muy distinto. Tanto en mantener un constante contacto como en dejar que su jefe se tome ciertas licencias en el vestuario –hace poco bajó a la pista para explicar el Triángulo Ofensivo– aprueba con nota.
Bien. El que se entiendan es un punto a favor, pero no es el que marca en mayor medida su seguridad. Otra fuente manejada por New York Post asegura que «Phil no puede permitirse despedir a Jeff Hornacek y traer otro entrenador». Aquí entran en juego el bolsillo y la imagen.
James Dolan se ha comprometido en mantener a Phil en su cargo, pero eso no quiere decir que le dé carta blanca. Despedir a otro entrenador no dejaría en buen lugar a la franquicia, ya que haría que otros técnicos se planteasen el hecho de si ir a NY es lo mismo a verse en la calle a las primeras de cambio. Además, supondría un gasto extra tras haber dado salida hace un año a Derek Fisher.
¿En qué posición queda Hornacek?
Su continuidad no va a ser en ningún caso un camino de rosas. Para empezar, y salvo sorpresa en el próximo verano, se verá de nuevo en medio de la disputa entre su estrella, Carmelo Anthony, y su jefe, Phil Jackson. Digamos que lidia bien con eso. Aún le quedaría conseguir que su estilo de juego, bajo ningún concepto basado en el Triángulo Ofensivo, fuese tan del agrado de Jackson como para que éste renunciase a su fórmula de los anillos. Dar otra oportunidad al proyecto está bien. Puede ser que el próximo curso encuentren el camino que buscan. La cuestión es si Hornacek es el entrenador idóneo para trabajar con Phil.