Si hay alguien que se hubiera olvidado de Brad Stevens a la hora de pensar en quiénes son los mejores entrenadores de la liga, ya sabe que no puede volver a dejarle fuera de esa lista.
Los Celtics, demostrando que son hábiles en múltiples facetas del juego, lograron mantener a raya a los Pistons y vencerles por 102-95.
El All-Star espera con los brazos abiertos a Isaiah Thomas y el base hace que cada noche sea un agradecimiento por tal presencia. Ayer se marcó 17 puntos, además de repartir 7 asistencias; estando apoyado por un inconmensurable Avery Bradley, con otros 15 tantos.
Sigue la racha
Boston es un fortín cuyas empalizadas no han sido sobrepasadas en los últimos seis partidos. Y ni cuando les toca salir fuera de su territorio, los pupilos de Stevens fallecen en la lucha.
“Es difícil [ganar]”, comentaba el técnico de los Celtics. “Juegas con algo más de libertad cuando estás abajo en el marcador. Pero tenemos que jugar bien durante todo el encuentro”.
Problemas para Detroit
Más allá de la derrota, el mayor damnificado fue Kentavious Caldwell-Pope, quien tuvo que dejar el encuentro con una lesión en su ingle derecha y será sometido a una resonancia magnética durante el día de hoy para medir el alcance.
Encabezando a los Pistons estuvo Reggie Jackson con sus 17 puntos, además de Andre Drummond con 16 tantos y 13 rebotes.