Encuestar a los aficionados, consultar las estadísticas, mirar los porcentajes en las casas de apuestas o preguntar a los analistas expertos. Da igual a que fuente acudamos. Ninguna de ellas sitúa a los Boston Celtics en puestos de Playoffs en la jornada 82 de la regular season.
Pero eso no parece ser ningún problema para que el base estrella de los verdes, Rajon Rondo, crea que, dar la campanada y colarse unos puestos más arriba de lo que las predicciones dicen, es imposible.
Gran parte de sus esperanzas están depositadas en Brad Stevens. Una persona que, sin ninguna experiencia previa en la mejor liga del mundo, tomó el año pasado los mandos de la nave Celtic sustituyendo al ‘piloto’ mejor remunerado de la NBA, Doc Rivers.
En su segundo año en el banquillo, Stevens se ha ganado el respeto y la confianza de su equipo y, lo más importante, de su jugador franquicia: «Aunque sea a un nivel diferente, él (Stevens) ha tenido éxito a nivel universitario (Universidad de Butler)», dijo Rondo el pasado jueves a David Aldridge en TNT. «Creo que lo más importante para el éxito de un equipo es involucrarte y creer en él. Él nos ha hecho creer en cual es su plan. Si continúa haciéndolo vamos a sorprender a un montón de gente».
Un Rondo al que muchas manos lo sitúan, vía Danny Ainge, fuera de Boston en el mes de febrero. Por el momento sólo sabemos que apunta a la titularidad en el estreno de la temporada.
Jared Sullinger, uno de los más destacados de la franquicia de Massachusetts en lo que llevamos de pretemporada, tiene una particular visión de como afrontarán los Celtics el curso: «Partido a partido va a tener un sabor diferente. Has de entender que cada sabor de Kool-Aid—famosa marca de polvos de sabores— es diferente. Dependiendo de si el paquete es rojo o naranja, el sabor va a ser distinto. Así es como tenemos que ver cada uno de los partidos».
Phoenix Suns, el ejemplo a seguir
Similares expectativas a las que proyectan este año sobre los Celtics, tenían sobre los Suns la pasada campaña. Todo ello para un balance con 48 victorias y rozar las mieles de los Playoffs cuando ni los más optimistas los situaban muy por encima de la cola de su Conferencia. Esa es la ambiciosa apuesta de Stevens este año, un entrenador de contrastado gen ganador, dispuesto a derrumbar cualquier análisis y poner de patas arriba la competición esta temporada.