No hace falta ser un lince para atisbar la controversia detrás del fichaje de J.J. Redick por Los Angeles Lakers. Un exjugador que se ha reciclado como comunicador incluso antes de colgar las zapatillas y que apenas ha realizado labores como entrenador en su carrera, pero que se convierte en el técnico de una de las franquicias más codiciadas el mismo año que comienza a grabar un podcast con la estrella de dicho equipo. Aun así, desde los Lakers se han esforzado en dejar claro que el perfil de Redick encajaba a la perfección con los planes que tienen desde las oficinas. O que dicen tener.
Como refleja el primer párrafo, el que fuese escolta de Magic, Clippers y Sixers entre otros, tiene de su lado el poder de la dialéctica. Y ha logrado zafar las dudas con soltura a través del mismo. Hoy se sienta a charlar con quien fuese su compañero en ESPN, Zach Lowe, para tratar su fichaje y los retos que tiene por delante. «Creo que hay cierta confusión con los conceptos de merecer o desmerecer algo. Me siento afortunado de tener la oportunidad. Pero no me merezco esto por haber estado siete años como entrenador asistente. Me lo merezco porque me he roto el c*** trabajando mi conocimiento del baloncesto durante los últimos 32 años», cuenta en el podcast de Lowe.
A Redick basta escucharle para saber que era de esos jugadores que cuidaban hasta el último detalle. Desde lo individual, hasta lo colectivo. No se sobreviven 14 temporadas en la NBA con su físico si no se tiene dedicación por el juego. Ahora bien, el puesto de entrenador tiene mucho más que ver con la gestión de egos que con las equis y las oes. Y ahí Redick tiene todo por demostrar. Por mucho que su puesto sea merecido.
(Fotografía de portada de Maddie Meyer/Getty Images)