Los problemas físicos son posiblemente la peor cara del deporte profesional. Muchas lesiones han privado a los aficionados de prometedoras carreras, mientras que otras han acabado mermando tanto a algún jugador a nivel anímico que le ha sido imposible volver a ser él mismo. Este último caso estuvo cerca de sucederle a Reggie Jackson, tal como él mismo ha reconocido.
«Hace un par de años pensé que mi futuro pasaba por retirarme al terminar esta temporada» (su contrato acaba al final de este curso) reconoció en una entrevista con Michael Kaskey-Blomain para la CBS. «Me estaba lesionando constantemente, y entré en una depresión que me hizo perder las ganas de seguir vinculado al baloncesto. Las lesiones me hicieron empezar a pensar en la retirada, pero actualmente me alegra poder decir que me encuentro bien anímicamente y que podré jugar este año. Tengo muchas ganas de ver qué podemos hacer».
Los problemas de Reggie comenzaron en la temporada 16/17, en la que simplemente pudo disputar 52 partidos tras arrancar el curso con una tendinitis en la rodilla que fue arrastrando durante todo el año. La 17/18 fue incluso peor, pues el base pudo estar presente en solo 45 encuentros, y de hecho pasó gran parte del verano de 2018 trabajando en un proceso de rehabilitación para volver a sentirse al 100%.
Dicho proceso debió funcionar, pues la temporada pasada vimos por primera vez a Jackson disputar los 82 partidos estipulados por el calendario, lo que le permitió promediar 15,4 puntos (su mejor marca desde que comenzó la mala racha de lesiones) y 4,2 asistencias. Con todo, el base ha logrado forjar una carrera sólida, y si bien es un jugador con evidentes puntos flacos ha demostrado su capacidad para ser un buen anotador desde el backcourt. Veremos si este año el físico vuelve a acompañarle y puede llevar su juego a otro nivel.
(Fotografía de portada: Gregory Shamus/Getty Images)