Tranquilos. Lo bueno se hace esperar. Y la noticia que genera este ‘post’ era muy buena. Aún faltaban 0,2 segundos en el cronómetro, pero podríamos decir —otra cosa sería injusto— que anoche, en su quinto año en la NBA, Ricky Rubio logró su primer ‘game winner’. Y lo hizo a lo grande. Con un triple y sobre un señor equipo como Oklahoma City Thunder.
Acostumbrados a verle correr como loco y colmado de alegría las pocas veces que la hazaña ha sido obra de algún compañero, ayer el base español se quedó serio, prácticamente impasible, y sólo volvió a su esencia más pura al recobrar la concentración durante ese escaso instante para evitar el milagro local. Westbrook naturalmente falló, su tiro ni siquiera se acercó al aro, y entonces, por fin, se formó la marabunta, y las collejas y restriegos de testa y felicitaciones no tardaron en cubrir a Ricky.
No lo celebró con la locura de otros tiempos porque, cumplido el lustro, no se conforma con victorias efímeras. Quiere —necesita— los Playoffs. Un final así siempre es balsámico y necesario para que la joven camada sonría y empiece a crecer, pero para Rubio, maduro ya, no alcanza. «Está bien ganar, pero deberíamos haberlo hecho más esta temporada», comentaba al final.
Sentando las bases
Los Timberwolves han ganado cuatro de sus diez últimos partidos. El final del actual curso podría calificarse como pretemporada del siguiente, y es que las bases están sentadas. No hay nada que revolucionar, y cambiar cosas, pocas. Karl-Anthony Towns —que me aspen si no es novato del año— 17 puntos, 12 rebotes y sin novedad desde el puesto de vigía. Andew Wiggins 20 tantos, 4 asistencias y 5 robos; progresa adecuadamente. Gorgui Dieng se marchó hasta los 25 puntos, 9 rebotes, 3 tapones y definitivamente ha hecho olvidar a Pekovic.
Ricky Rubio dio la victoria a su equipo y lo acompañó de una gran labor personal: 13 puntos, 12 asistencias, 8 rebotes y 3 robos; con 3/6 en triples, incluyendo el ganador. «Trabaja en él constantemente», decía Towns al término respecto al tiro de tres de su compañero. «Es algo en lo que trabaja cada día. Lanza muchísimo, y todo ese trabajo se demuestra ahora viendo lo cómodo que se encuentra tirando».
«Sabía que iba para adentro. Fue como a cámara lenta en mi cabeza. Siempre lo recordaré», fue la recapitulación de Ricky de la jugada.
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Aliento ‘clipper’
Esta derrota, ante los T-Wolves y en el Chesapeake Energy Arena, era una losa más que evitable para los Thunder. Sobre todo con la temporada en su recta final y jugándose la tercera plaza del Oeste con Los Angeles Clippers, a quienes ahora aventajan sólo en dos partidos.
Kevin Durant hizo un buen encuentro, a pesar del chasco en el luminoso, con 28 puntos, 6 rebotes y un par de grandes mates. Russell Westbrook cumplió con el ritual del dúo con 26 puntos y 8 asistencias. Enes Kanter fue el tercer y último jugador de los Thunder con dobles dígitos, anotando 17 en apenas 21 minutos.
Reseñable y claves fueron las pérdidas de balón, duplicando los locales a las de los visitantes, 24 a 12 —once de ellas entre sus dos estrellas—.
La próxima parada se ubica en cotas baloncestísticas opuestas. Minnesota visita Phoenix mientras OKC tratará de invadir el lugar más inexpugnable de la NBA: el AT&T Center de San Antonio.