Los Lakers son hasta el momento uno de los equipos que menos se ha movido en el mercado o, al menos, uno de los que ha visto imposible convertir en realidad sus objetivos; tanto es así que a 3 de julio sólo han firmado renovaciones como la de D’Angelo Russell, quien ejerció su opción de jugador.
Deseos como la adquisición de Klay Thompson, el cual venía impulsado por la decisión de LeBron James de aceptar un recorte salarial, tampoco se han dado, ya que el escolta prefirió firmar tres años y 50 millones de dólares con Dallas Mavericks. Lo cierto es que ya restan pocas opciones jugosas sobre la mesa más allá de DeMar DeRozan, cuyo futuro parece encaminarse a vestir de oro y púrpura.
Mientras los Lakers certifican la operación del ex jugador de Chicago Bulls u otras, el general manager de la organización, Rob Pelinka, ha abierto la puerta a que el gran refuerzo del verano llegue a través de un traspaso. Coincidiendo con la presentación de Bronny James, el ejecutivo recalca que las primeras rondas que tiene en su poder siguen sobre el tablero.
«Creo que si llega el acuerdo correcto y tenemos que incluir nuestras selecciones de draft, lo haremos. Ahora estamos en el mundo en el que manda el apron (límites y restricciones del nuevo convenio colectivo). Hemos visto equipos contenders o equipos con rango para pelear por campeonatos que se ven obligados a perder jugadores. Eso es el resultado del nuevo contexto de la NBA. Entonces… ¿Eso hace que cerrar traspasos sea un mayor desafío? Sí. ¿Hace imposible completar buenos traspasos? No», sentencia.
La realidad es que ya sea por uno u otro camino, los Lakers necesitan hacer cosas. En los seis años que lleva LeBron James en el equipo sólo se han alcanzado las Finales en una ocasión (anillo de la burbuja de Orlando). Además, la última campaña ha dejado claro que hay varios conjuntos que están uno o dos pasos por delante. Necesitan reaccionar.
(Fotografía de Ronald Martinez/Getty Images)