Rajon Rondo tuvo suerte por partida doble. Por un lado no fue en la canasta definitiva en la que Deron Williams dio la victoria a los Mavs —mejor ni pensar que hubiera ocurrido si logra su irreflexivo propósito— y en segundo lugar, afortunadamente, «erró» en su intento de zancadilla.
Pero las imágenes no dejan lugar a duda. Corría la primera prórroga del trepidante encuentro de anoche entre Kings y Mavericks. D-Will recibía en una de las esquinas del triple —exactamente la misma que minutos después le cubrió de gloria—, pero esta vez y tras otra finta —lo que son las coincidencias—, terminó, en lugar de con un lanzamiento perimetral, con una entrada a canasta. De hecho fue ese primer paso hacia adentro lo que impidió que el pie de Rondo contactara con la pantorrilla de Deron.
Lo cierto es que la tangente está ahí, y la tentación a su vera. Pista y banquillo amenazan con hacerse siameses, y la inexistencia de barrera física y la costumbre de saltar con facilidad desde los asientos hacen que extrañe que esto (dolosa o accidentalmente) no ocurra más a menudo.
El point guard falló, el otro más tarde se coronó, y el acto «travieso», al quedarse en acto marrado, pasará sólo a la lista de anécdotas.
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