Derrick Rose ha podido jugar ya su último partido con New York Knicks. Según informa Adrian Wojnarowski de The Vertical, el base ha sufrido un desgarro en el menisco de su rodilla izquierda que le hace ser baja para lo que resta de curso.
Esta dolencia, la cual recuerda a la que lastimosamente padeció hace años en la articulación contraria, carece de la gravedad de aquel momento, ya que el periodo de ausencia se estima entre las cuatro y ocho semanas: eso sí, puede complicar su futuro inmediato en la liga, el cual pasa por ser agente libre sin restricciones el próximo verano.
Pensando justo en ese nuevo contrato, no hace mucho que se dejó entrever que Rose estaría buscando un acuerdo máximo para continuar su carrera. El hecho de haber completado la campaña sin lesiones podría haberle dado alguna posibilidad. Ahora, con esta lesión, ya no se discute el máximo –que parecía imposible–, sino que algún equipo opte por firmarle a largo plazo.
Si no vuelve a jugar para la franquicia de la Gran Manzana, Rose habrá dejado su paso por la ciudad que nunca duerme habiendo disputado un total de 64 partidos. En ellos, el que fuese MVP de la liga en 2011 ha firmado un promedio de 18 puntos y 4,4 asistencias.
‘Superteam’, espantada y adiós
Haciendo balance de su etapa neoyorquina, no podemos obviar aquel día de pretemporada en el que definió a los suyos como un ‘superequipo’. Poco se acercó a la realidad. No se han cumplido las expectativas ni dentro ni fuera de la cancha. Para el recuerdo queda ese partido al que no se presentó sin avisar a nadie de la franquicia.
Carrera truncada
Siendo el MVP más joven de la historia en 2011, muchos le auguraban un dominio que podía extenderse durante más de una década. La mala suerte, personalizada en la rotura de ligamentos de los playoffs de 2012 y en las de menisco de 2013 y 2015, acabó con tal ilusión.