Mañana los Minnesota Timberwolves viajarán a Salt Lake City para disputar contra los Jazz lo que será el regreso de Rudy Gobert a Utah. Afectado por la nostalgia y los vínculos personales que sigue teniendo en la ciudad y la organización, el pívot recordaba la parte menos deportiva de su traspaso. «La gente se suele centrar en el baloncesto, pero detrás de un traspaso hay relaciones, comunidades y gente que dejas atrás». Gobert recuerda con cariño su etapa en los Jazz, pero también se muestra cómodo con su actual hogar. «Estoy muy feliz aquí», declara en la rueda de prensa previa.
El jugador es conocedor de las dificultades que está enfrentando el equipo en este irregular inicio de temporada. Su llegada apuntaba a sostener una posición prácticamente fija en puestos de playoffs y en estos momentos los Wolves están fuera incluso del play-in aunque con el mismo porcentaje de victorias que Warriors. «Es una maratón de 82 partidos. Se trata de construir e intentar ganar cada noche que podamos, pero entendiendo que habrá dificultades. […] Como he dicho, toma tiempo, y aquí también estoy desarrollando nuevas relaciones», continúa el pívot.
Los Timberwolves jugarán su cuarto partido consecutivo sin Karl-Anthony Towns, ausente por una distensión que le tendrá apartado todo el mes de diciembre. En este tramo Minnesota ha sumado dos victorias y una derrota, siendo Gobert expulsado en esta. Por lo demás, se está viendo a un D’Angelo Russell que parece estar dejando atrás su atropellado inicio y un ataque mucho más basado en el pick-and-roll con el gigante francés. Aun así, los quebraderos de cabeza del equipo no desaparecerán hasta que sean capaces de superarlos con todos en pista de forma consistente.
(Fotografía de portada de Ethan Miller/Getty Images)