Después de casi diez meses de cautividad y dura negociación con los Estados Unidos, Rusia ha decidido poner en libertad a Brittney Griner. Se trata de intercambio de prisioneros por el cual las autoridades norteamericanas han liberado a Viktor Bout, condenado por tráfico de armas. La jugadora de la WNBA fue detenida el pasado 17 de febrero por las autoridades rusas acusada de posesión de estupefacientes. Las profesionales de la liga femenina estadounidense suelen pasar los meses sin competición nacional jugando en otra ligas. Siendo la rusa uno de los mayores caladeros de esta práctica. Griner, estrella en Phoenix Mercury se encontraba en Moscú a punto de poner rumbo de vuelta a su país cuando fue arrestada.
Durante estos meses el Gobierno de los Estados Unidos ha intentado una y otra vez sin éxito la libertad de Griner y su regreso. Las negociaciones han estado salpicadas por el conflicto armado en Ucrania. Rusia ha mantenido a Griner dentro de sus fronteras como arma de negociación en un momento escabroso. Mientras tanto, la jugadora iba avanzando en su proceso penal hasta ser condenada a nueve años de prisión el pasado agosto. Los cargos de posesión se referían al hallazgo de una pequeña dosis de aceite cannábico en en un dispositivo de vapeo que Griner portaba consigo.
Cuando todo parecían sombras
El conflicto ha llevado a varias protestas por parte de deportistas y personas de la esfera política y mediática estadounidense. Siendo la más relevante la posición del resto de jugadoras de la WNBA negándose a disputar competiciones en Rusia durante esta offseason. Ya en agosto, la sentencia de la fiscalía rusa aludía a la posibilidad del intercambio de prisioneros para acelerar las negociaciones. Pero en noviembre las relaciones parecían estancarse y estar cerca de romperse en el corto plazo.
Griner, afortunadamente parta ella, ya está de regreso a los Estados Unidos. Joe Biden, presidente de la nación, ha declarado hoy haber «hablado con ella. Está sana y salva. Está de camino a casa». El caso de la jugadora se había convertido en un problema de estado, y su liberación supone la segunda concesión de este tipo que los Estados Unidos hacen respecto a Rusia en los últimos ocho meses.
(Fotografía de portada de Mike Mattina/Getty Images)