Dice la Antología griega que el ser humano, a grandes rasgos, se compone de carácter y de personalidad. Mientras que la primera parte nos viene dada desde la nacimiento, la segunda es la que se forja con el paso de los años, la experiencia y todo el aprendizaje que llevamos a cuestas. Para Russell Westbrook, hacer triples-dobles le viene dado desde su carácter, porque parece haber nacido para alcanzar este hito estadístico; y también desde la personalidad, porque en sus temporadas en la NBA ha ido refinando ese instinto hasta convertirse en la máquina perfecta del triple-doble.
Anoche, ante los Pelicans y en su segundo partido con la camiseta de los Rockets, el todocampista de Long Beach hizo precisamente lo que mejor sabe hacer: acabar con 28 puntos, 13 asistencias y 10 rebotes. Estas cifras no solo suponen su primer triple-doble con los texanos, sino que también se trata de la ocasión 139 en la que lo hace durante toda su carrera. De este modo, sobrepasa a Magic Johnson en el puesto número 2 como jugador de la historia con más triples-dobles a sus espaldas, con Oscar Robertson (181 triples-dobles) en el Olimpo de este ranking.
«Sé que hoy parece algo normal lograr un triple-doble, pero me cuesta un montón de orgullo, trabajo, energía y sacrificio. No solo con cosas dentro de la cancha, sino también fuera. Para mí es un hito importante. Y más cuando jamás pensé que sería capaz de jugar en la NBA. Ahora ya estoy en los libros de historia de la liga. Es una auténtica bendición», relató el jugador.
La conexión con Harden
Los aficionados a los Rockets van a vivir muchas noches como la pasada frente a New Orleans. Verán cómo Westbrook se va a casa como un buen puñado de puntos, mientras que James Harden hace lo mismo o incluso más. El escolta, bastante errático en el tiro durante toda la noche, acabó con 29 puntos en la victoria que lograron ante los Pelicans por 126-123. Sin embargo, ambos todavía han de construir una química positiva en la cancha, y comenzar a minimizar aspectos como las pérdidas de balón, algo en lo que anoche incurrieron hasta 12 veces entre los dos.
«Lanzaré tantas veces como asistencias me den. Hoy no han entrado, vale. Pero lo más importante de todo es que tenemos que ganar. Creo que hemos sido capaces de cerrarnos en defensa cuando tocaba hacerlo», relató Harden. Tal y como informa Alberto de Roa, el 11,1% en triples de La Barba es el segundo peor porcentaje de la historia de la liga en un partido con al menos 15 intentos. Lo curioso es que el peor caso también pertenece a Harden, con un 5,9%, en enero de 2019 ante los Magic.
Preguntado por el difuso inicio de temporada de su tirador, Mike D’Antoni comentó que «no me importa contra quién juegue, qué tipo de esquema sea con el que estemos jugando o si logra 50 puntos o no los logra. Eso es algo que depende de él. Y espero que si no lo logra en este partido, pueda hacerlo en el siguiente. Y si no, en el siguiente».
Mal comienzo de New Orleans
Los Pelicans han disputado ya tres partidos. Y los tres saldados con sendas derrotas. «Somos un equipo que está empezando a crecer. Me ha encantado el esfuerzo que le hemos puesto. Creo que hemos hecho muy buen trabajo. Hemos estado cerca de batir a un equipo realmente bueno», esgrimió Alvin Gentry, técnico de los de New Orleans.
Se trata de un equipo muy joven, reestructurado tras la marcha de Anthony Davis. La paciencia ha de ser clave con ellos, más incluso si se tiene en cuenta que Jrue Holiday, uno de los grandes activos de la plantilla, está con un esguince en su rodilla izquierda. Josh Hart le sustituyó, finalizando con 23 puntos. Por su parte, Brandon Ingram acabó con 35 puntos y 15 rebotes, mientras que Lonzo Ball tendría 18 tantos, con un 4 de 9 en triples.
(Fotografía de portada de Tim Warner/Getty Images).