Puede sonar exagerado, pero la realidad es que jugar contra Nikola Jokic se ha convertido en un ejercicio de supervivencia. Ya cuente con unos u otros compañeros a su lado, el pívot serbio se muestra siempre imparable al nivel mejor jugador del mundo, y es que si hasta la fecha asombraba a propios y extraños, ahora simplemente está desplegando un baloncesto desconocido para el ojo humano.
Con un triple-doble de 36 puntos, 14 asistencias y 13 rebotes, no pudo evitar que Denver cayese en Sacramento por 123-117, pero sí firmó otro capítulo a un legado que ya es de oro. Al cerrar la noche sin ninguna pérdida, se ha convertido en el primer jugador de los últimos 40 años de NBA con al menos dos triples-dobles de 30 puntos. Lo más increíble no es lo que consiga –tiene talento de sobra para ello–, sino que lo ha hecho en un lapso de cuatro días…
Y hay más. Cuando se lleva disputado un cuarto de la regular season, Jokic lidera la NBA en puntos, rebotes y asistencias totales: 579 puntos, 10 más que Giannis. 255 rebotes, 6 más que Anthony Davis. 196 asistencias, 4 más que Trae Young. Sí, esta es la barbaridad a la que se sobrepusieron los Kings para cantar victoria. No extraña la satisfacción de los californianos.
«Nunca vas a detener a Jokic con un solo chico. Muchas veces, incluso con todo el equipo, probablemente no lo detendrás. Lo único que quieres es asegurarte de que los demás no se activen. Cuando lo hacen, lo único que te queda es elegir el veneno», comenta De’Aaron Fox.
Lo cierto es que el base de los Kings fue clave para sumar el triunfo con un espectacular doble-doble de 26 puntos y 16 asistencias. Su entrenador, Mike Brown, lo dejó bien claro en rueda de prensa: «Fue una fantástica noche de nuestro mejor jugador cuando más lo necesitábamos. Él tiene que dar un paso adelante en partidos como éste para que podamos ganar», afirma.
Más allá de resultado en sí, para Sacramento supuso un paso moral muy importante. Tras romper el curso pasado una racha de 16 años sin entrar en playoffs, ahora necesitan confirmar que aquello no fue un espejismo. Derrotar al actual campeón y colocarse con un balance de 11-7 es prueba de ello.
(Fotografía de Lachlan Cunningham/Getty Images)