Schroder ve con buenos ojos salir traspasado de Atlanta

Atlanta Hawks, un equipo asiduo a playoffs hasta el actual curso, se enfrenta ahora a una ardua reconstrucción de la que poco quiere saber Dennis Schroder. El base, quien hace doce meses era señalado como la pieza sobre la que cimentar el futuro de la franquicia, entiende que ha llegado el momento de mirar por su bien, el cual no ve en ningún caso en un equipo que no esté preparado para competir ya.

«No sé qué tiene la organización en mente, por eso vuelvo la próxima semana. De acuerdo, Atlanta es mi ciudad. Allí me eligieron en el Draft, tengo muchos recuerdos, pero tengo que mirar qué es mejor para mí individualmente. Tendré 25 años en septiembre y está claro que quieres ganar un título alguna vez. En mi mejor momento –25, 26, 27, 28, 29…– quiero competir. No puedo estar al fondo de la Conferencia Este. Por eso tendré que hablar con los Atlanta Hawks», comenta en rueda de prensa con la selección de Alemania.

En realidad parece que hay poco que hablar. Nada queda de aquellos Hawks que deslumbraron con Al Horford, Paul Millsap, DeMarre Carroll, Kyle Korver y Jeff Teague, con Mike Budenholzer a los mandos desde el banquillo. Ahora, haciendo realidad la rueda cíclica de la NBA, la cual a todos hace girar menos a San Antonio, la franquicia de Georgia se enfrenta, salvo sorpresa, a años de acumular talento hasta estar listos para luchar por regresar a la élite del Este. Entonces, ¿quiere hablar Schroder con Atlanta para pedir el traspaso? Sea o no así, lo que sí sabemos es que ya tiene algunos destinos predilectos.

«Hablaré con el general manager y el propietario para conversar sobre la organización y sobre qué quieren hacer en el futuro. Iré con mi agente y hablaremos mañana y el miércoles sobre cómo continuar. Tengo mis ideas y amigos en otros equipos. Por ejemplo, Indiana no estaría demasiado mal y Milwaukee tampoco. Son dos equipos de los que puedes decir que la organización va en la dirección correcta», asegura.

Pocas salidas

El base alemán parece tener claro lo que quiere, y es algo que a buen seguro sabe que no podrá obtener en los actuales Hawks. De su boca no ha salido ni saldrá la petición de un intercambio, pero ya conoce la respuesta que obtendrá cuando se siente con los ejecutivos del equipo: toca reconstruir.

A Schroder restan tres años de contrato a razón de 15,5 millones de dólares por cada uno, una cuantía más que asumible por muchos conjuntos que necesiten un base; pero no está tan claro que haya tantos dispuestos a depositar esa confianza en él. Schroder habla de Pacers, donde seguramente continuará Darren Collison, y de Bucks, donde el puesto corresponde a Eric Bledsoe. Schroder quiere ganar, pero aún no ha quedado claro que esté preparado para ser pieza principal de un equipo formado para ello.


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