Necesitaba Miami una noche así. En un comienzo de temporada con demasiados sinsabores y una racha de tres derrotas consecutivas, los chicos de Erik Spoelstra estaban viendo como todo se empinaba más de lo deseado, a lo cual se sumaba la lesión de Jimmy Butler y tener que visitar la cancha de Minnesota Timberwolves. Pues bien, cuando peor lo tenían se han levantado.
En un partido de poco ritmo y acierto, los Heat han superado el esguince de tobillo de Butler para imponerse en Minneapolis por 94-95 en un final agónico y que les permite colocarse con un balance de 4-5. Sí, están en negativo, pero incluso así ocupan en estos momentos puesto de playoffs.
Cayendo por dos puntos a falta de nueve segundos para el final, la pizarra del técnico de los de Florida funcionó a la perfección para dejar totalmente libre a Nikola Jovic camino de la canasta y meter una bandeja que estuvo acompañada de falta personal. El serbio no erró desde la línea de tiros libres y el intento final de Mike Conley no encontró la red. He aquí el momento decisivo de la noche.
Más allá de esa gran jugada final, si alguien sostuvo a los Heat ese fue Tyler Herro. Libre de problemas físicos, el guard fue el máximo anotador del encuentro con 26 puntos a los que añadió 6 rebotes y 3 asistencias. Queda mucha temporada por delante, pero si sigue a este nivel Miami estará mucho más cerca de vivir alegrías.
Unos Timberwolves en construcción
El traspaso de Karl-Anthony Towns no ha sentado nada bien a Minnesota –como es normal–. Es obvio necesitan un periodo de adaptación con las nuevas piezas –Julius Randle y Donte DiVincenzo– y que en algunos partidos no darán su mejor versión; sin embargo, con un récord actual de 6-4 está claro que tienen tiempo para asentar conceptos y volver a ser uno de los grandes animadores de la competición. Anoche, contra Miami, faltó acierto; tal y como deja claro que Anthony Edwards terminase con un 8 de 24 en tiros de campo para 22 puntos.
(Fotografía de Jacob Kupferman/Getty Images)