James Harden te da mucho. Bueno no, muchísimo. Lo que se podría decir una bomba en ataque. Lo malo es que no en todas las facetas del juego suele estar tan acertado.
Ya de manera recurrente, se le suelen dar «palos» cuando se habla de su defensa y la pasividad a la hora de bajar los isquiotibiales a la hora de ponérselo difícil a atacante contrario.
Pero también las pérdidas de balón han sido otro de sus puntos débiles, generando déficits colectivos durante los partidos que al final acaban contribuyendo a acabar con un resultado en contra.
En busca de la solución
Harden lidera la NBA con 374 pérdidas, la mayor cantidad en toda la historia de la liga. Sólo por ser consecuentes con esta afirmación, cabe decir que Artis Gilmore, el que antes ostentaba este negativo hito, acabó con 366 en la temporada 1977-78.
Si los Rockets quieren exprimir al máximo sus posibilidades en Playoffs, y ya también de cara al próximo curso, Harden deberá reducir esa ingente cantidad de pérdidas. Lo curioso es que en Houston creen tener la solución.
J.B. Bickerstaff comentó ayer que los entrenadores del equipo han estado explicándole al escolta cómo ha de tener más cuidado a la hora de distribuir el balón y cuándo ha de elegir asistir ante las aperturas de la defensa rival.
«Voy a ser agresivo», dijo Harden, en declaraciones recogidas por ESPN. «[Lo que hacía] era querer pasar la bola en lugar de ser agresivo y dejar que el juego viniera a mí. Voy a cambiar mi modo de pensar».