Serbia también puede con la Francia de un Batum ‘jordanesco’ y llega a la final de un Mundial por primera vez en su historia

MADRID / ENVIADO ESPECIAL

Francia 85 – Serbia 90

Resulta cuanto menos paradójico que una selección que alcanzó la fase eliminatoria del presente Mundial con únicamente dos victorias –por tres derrotas–, récord idéntico por ejemplo a Nueva Zelanda o Senegal, sea la que vaya a discutirle el próximo domingo el poder mundial a los Estados Unidos.

Serbia, la misma que en el grupo A agachó las orejas ante España, Francia y Brasil, derrotó a la propia Francia este viernes en las semifinales del Mundial y jugará el partido por la medalla de oro ante el Team USA. Así, el conjunto balcánico disputará una final mundialista por primera vez en su historia, sin tener en cuenta el cetro conseguido en 2002, en Indianápolis, todavía bajo los colores de Yugoslavia.

Llega a la final, pues, un combinado invisible a los pronósticos antes del torneo y también después de la ronda previa en Granada. Esta noche en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid y una vez más como un conjunto, Serbia acalló la espléndida revolución de Nicolas Batum, quien estampó su firma, con 35 puntos al final del partido, en dos últimos cuartos para la historia del baloncesto. Antes que él, Milos Teodosic había maravillado al mundo con 18 puntos, 3 asistencias, todo en la primera parte, en una obra particular digna del mejor base de Europa.

Primero y segundo cuarto

El equipo de Sasha Djordjevic, armado a imagen y semejanza del carácter competitivo del preparador, salió a competir como lo había hecho en los octavos y en los cuartos de final. Desde el primer compás y con una mentalidad excelsa, Serbia arrolló a Francia, sobrepasada por la genialidad de Milos Teodosic. De la mano del jugador del CSKA, el equipo balcánico convirtió a voluntad en ataque y defendió como un bloque para secar las ideas de quienes habían ganado a España, la anfitriona, a hacía dos días.

Al descanso, Serbia había anotado 46 puntos, solo 6 menos que España en todo el choque de cuartos. Pero la exhibición de Teodosic perdió envergadura para hacer hueco a la ‘jordanesca’ demostración de Nicolas Batum. El jugador de los Blazers, además de hacer 35 puntos, encadenó una serie de 8 de 12 en triples que quedó marcada como una de  las mayores exhibiciones de siempre en una semifinal mundialista.

La Serbia colectiva

Pese a la divinidad que adquirió Batum, Serbia terminó con el pase a la final gracias a la aportación colectiva: además de Teodosic —24 puntos al final–, hasta cinco jugadores más rebasaron el listón de los 10 puntos. Fueron Bogdan Bogdanovic —13–, Nemanja Bjelica10–, Stefan Markovic11–, Nenad Krstic11— y Miroslav Raduljica11–.

Por Francia, la histórica actuación de Batum estuvo apoyada por Boris Diaw, 13 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias, Thomas Heurtel –12 puntos y 6 asistencias– y Evan Fournier –10 tantos–.

Al final, Serbia, por Teodosic, primero, y su mentalidad y defensa después, ha llegado más lejos que nadie, exceptuando al siempre presupuesto finalista, EEUU. Cinco años después de postrarse en la final del Europeo 2009, perdiendo el título ante España, y 12 después del último brote balcánico realmente ganador, Serbia regresa a la cumbre del baloncesto.

 

Imagen: FIBA.com


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