Serge Ibaka, quien fuera miembro del Mejor Equipo Defensivo de la NBA en 2012, 2013 y 2014, desea volver a sus orígenes de aguerrido defensor y ha estado trabajando en este periodo estival sus cualidades defensivas. Así lo aseguró el jugador de los Raptors, en una conferencia con medios internacionales, a la que tuvo acceso nbamaniacs, encuadrada dentro de los actos vinculados al NBA Africa Game, que tendrá lugar este sábado en el Ticketpro Dome de Johannesburgo, Sudáfrica. Un duelo que mide a jugadores de la NBA con orígenes africanos, por un lado, y a jugadores del resto del mundo que son parte de la Liga, por otro.
“Es la primera vez que paso mi verano trabajando en mi juego defensivo, manteniéndolo. Claro, he trabajado también aspectos ofensivos, como siempre. He trabajado mi tiro, mi lanzamiento desde el triple y mi juego al poste. Pero me he centrado en trabajar mi defensa”, apuntó el ala-pívot.
Antiguo temor en la pintura
Ibaka cada vez sale más de la zona a lanzar, un nuevo rol que se ha visto reflejado en las estadísticas. Si en la 2015/16 tiró 184 triples (acertó 60), en la 2016/17, entre los Raptors y los Magic, se fue hasta los 317 intentos (124 dianas, con casi un 40% de acierto). Ya en el curso 2014/15, con los Thunder, Air Congo había dado señales de ese cambio y de ese gusto por el tiro exterior, cuando pasó de los 60 triples tirados en la 2013/14 a los 205 de esa campaña.
Todo ello se vio reflejado en una cierta pérdida de sus capacidades defensivas para quien fue uno de los hombres más temidos en la pintura. No es casualidad que dejara de aparecer en el Mejor Equipo Defensivo en 2015, justo cuando su profusión triplista experimentó un crecimiento sin precedentes en su carrera. El registro de tapones también descendió considerablemente a partir de la 2014/15, cuando dejó de ser el máximo taponador de la NBA, logro que había alcanzado en 2011, 2012, 2013 y 2014. Así, los 124 tapones del curso pasado representan su segundo peor registro como profesional, sólo empeorado en sus días como debutante (97 en la 2009/10).
Ahora, con trabajo duro en verano, Ibaka espera volver a ser el hombre que siempre hacía que los rivales se lo pensaran más de una vez y de dos a la hora de mirar hacia el aro.