Shai Gilgeous-Alexander será anunciado en breve como MVP de la temporada 2024-25 (salvo sorpresa mayúscula). Se lo merece. Durante la temporada regular estuvo espectacular y, aunque no cuente para el voto emitido hace semanas, en playoffs está refrendando tal condición de súper estrella hasta el punto de tener ya a los Thunder en las finales de la Conferencia Oeste.
Para llegar a tal fase en la que solo restan cuatro equipos con vida, Shai tuvo que deshacerse en el Game 7 de los Denver Nuggets, un rival que ha dado mucha más guerra de la esperada y que marca para OKC la frontera entre el fracaso y la gloria. Pues bien, el excepcional base confiesa que antes del vital choque sintió algo completamente inusual en él.
«Para ser honesto, estaba nervioso. El simple hecho de saber lo que estaba en juego… Saber que si no das lo mejor de ti, todo podría terminar. Por suerte creo que ese mismo nerviosismo me motivó», expresa.
Lo cierto es que los Thunder no entraron del todo bien al partido; tanto es así que fallaron 10 de sus primeros 15 tiros a canasta para verse hasta 11 puntos abajo (10-21). Sin embargo, la reacción fue brutal mientras Shai se marchaba hasta los 35 puntos.
«Creo que los nervios eran naturales. De hecho, empezamos el partido tirando muy mal. Pero sabía que teníamos muy buenas opciones para anotar y, si seguíamos así, nos soltaríamos y el balón acabaría por entrar. Nunca me preocupé por eso, por cómo empezamos. Una vez que sentí el ritmo del partido y tuvimos la energía adecuadas, supe que todo cambiaría», sentencia.
Un Jalen Williams resucitado
En la remontada de OKC mucho tuvo que ver el acierto de un Jalen Williams que pasó de estar perdido en anteriores encuentros a ser el faro de los suyos. Los Thunder cerraron el primer tiempo con un parcial de 18-5 y el alero aportó hasta 11 de esos puntos. Jalen señala que la motivación era máxima.
«Nunca se sabe cuántos séptimos partidos vas a tener. Es una oportunidad para brillar. Estaba más emocionado por jugar y tener esa oportunidad que nervioso», subraya.
(Fotografía de Alonzo Adams-Imagn Images)