Boston Celtics superó la lesión de Kyrie Irving dando la titularidad a Terry Rozier y colocando como reemplazo a Shane Larkin. Ahora, con la baja de este último, Brad Stevens deberá inventar una nueva rotación para mantener a flote a un equipo que lleva semanas dejando en anécdota todos los contratiempos.
Las malas noticias sobre el estado de Larkin, quien se lastimó el hombro izquierdo en el cuarto partido ante Philadelphia 76ers, han sido comunicadas directamente por su entrenador, Brad Stevens. «Está muy dolorido. Es baja para esta noche y para un futuro previsible. Al menos las pruebas que se le han realizado sugieren que no será necesaria la cirugía».
Descartado para el quinto partido ante los Sixers, y pese a que los verdes no han desvelado un calendario aproximado para su jugador, Stevens suena como si fuese complicado verle sobre la pista en los primeros partidos ante Cleveland si esta noche son capaces de cerrar la serie ante los de Pensilvania.
El recambio
Rozier promedia en estos momentos 37 minutos en la post temporada, por lo que es complicado imaginar que acumule mayor responsabilidad en cancha. En cambio, si parece probable que sea Marcus Smart quien tome la responsabilidad de manejar el balón cuando su compañero se ausente. Aunque no sea un jugador que aumente el rendimiento ofensivo del equipo, sí que podría dar lugar a un quinteto muy duro en defensa; no en vano el equipo ha recibido solo 91,5 puntos por cada 100 posesiones con él en pista durante la regular season.