Sin querer entrar en acusaciones pero dejando claro lo rocambolesco de la situación, Shaun Livingston explica en una entrevista concecida a la web oficial de los Nets, como la temporada pasada acabó jugando un total de 12 partidos de playoffs pese a tener un dedo del pie roto, ya que los médicos que le atendieron no fueron capaces de diagnosticar tal dolencia.
«No quiero decir que estaba mal diagnosticado, pero realmente no podía entender el problema. Ellos hicieron todas las pruebas posibles con resonancias magnéticas y radiografías, y aun así seguí lesionado», comenta sobre una postemporada en la que se vio obligado a jugar inyectándose cortisona.
Lo acontecido en los pasados playoffs provocó que este verano, después de firmar con los Golden State Warriors, tuviese que pasar por el quirófano pos las secuelas causadas por jugar pese a la lesión. «Se dieron cuenta de que había una gran cantidad de tejido cicatriczado, porque una vez me rompí continué jugando con ello en los playoffs. Básicamente tiré para arriba con cortisona y jugué con ello».