Que Stan Van Gundy no iba a llegar con la pócima de las victorias instantáneas era un hecho, pero tampoco se podía esperar que, a estas alturas, los Detroit Pistons sumasen su undécima derrota consecutiva para un récord total de 3-17.
Ante los Philadelphia 76ers, el peor equipo de la liga, los de ‘Motown’ estuvieron realmente cerca del triunfo, tanto como para que tuviese que ser Hollis Thompson quien forzase la prórroga con un triple a falta de 13 segundos para el final.
El tiempo extra fue un verdadero suplicio para los Pistons, que sólo fueron capaces de anotar un tiro libre en cinco minutos para acabar perdiendo 101 a 108, para satisfacción de Brett Brown. «Es enorme que los chicos sean capaces de cerrar un partido tan difícil de esta manera«, declaró el técnico de los Sixers.
En lo que concierne a las actuaciones individuales, Michael Carter-Williams volvió a demostrar que sigue en la línea que marcó en su año de rookie, rozando el triple-doble al finalizar con 20 puntos, 8 rebotes y 15 asistencias; sim embargo, el máximo anotador de su equipo fue Robert Covington con 25 puntos. Por parte de los de Michigan, Josh Smith se marchó hasta los 23 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias, estando secundado por un Kyle Singler que anotó 21.
Desastroso récord combinado
Ambos equipos llegaron al partido con un récord combinado de 4-34, segunda peor marca en la historia de la NBA con un mínimo de 38 partidos. Sólo les supera la marca con la que se encontraron 76ers y Buffalo Braves el 24 de novimebre de 1972, cuando sumaban un balance de 4-35.