Espectacular como él mismo. Stephen Curry puede ganar más o menos partidos con los Warriors, pero cuando tiene un día bueno es una delicia para los sentidos. Anoche, recibiendo a unos Phoenix Suns que están al alza, firmó un fantástico encuentro al que puso colofón con una de esas canastas que acostumbra a hacer para que todos nos llevemos las manos a la cabeza. Desde lejos, a una velocidad endiablada y con una puntería ‘ridícula’, Curry hundió a los de Arizona (y a Kevin Durant) en el último suspiro por 113-112. Fue una daga en el corazón del rival. Fue un grito de emoción y alivio en San Francisco.
Porque la jugada en cuestión parece sencilla viniendo de Curry, pero no lo es. Recibió casi a la altura del logo del centro de la pista, estaba de espaldas, apenas quedaba tiempo y prácticamente lanzó a la media vuelta. La reacción de los rivales fue de resignación, y es que casi se ‘escuchó’ un: ‘Pues nada, ya nos la ha hecho’. El dos veces MVP de la NBA y una de las Finales cerró su noche con 30 puntos en los que incluyó un fantástico 9 de 16 en triples. Simplemente fue letal. Aquí lo tienen.
«Si le das una oportunidad así durante el partido, directamente se relame al verlo. Sigo pensando que podríamos haber robado ese balón. Es una jugada difícil. A veces los chicos simplemente son capaces de esas genialidades», comenta Kevin Durant, quien cerró su actuación con un doble-doble de 24 puntos y 10 rebotes. El máximo anotador del equipo fue Devin Booker con 32 tantos.
Aunque Curry estuvo genial, no podemos dejar sin destacar una vez más la aportación de Jonathan Kuminga. El joven alero parece haber dado un definitivo paso al frente para ser muy importante en el esquema de Steve Kerr. Así, contra Phoenix fue el segundo máximo anotador de los suyos con 21 puntos. Su paso al frente ha sido esencial para que los Warriors sumen en estos momentos cuatro triunfos consecutivos (seis en sus últimos siete compromisos).
El lamento de Vogel
Aunque estuvieron siempre metidos en la pelea por la victoria, el entrenador de los Suns, Frank Vogel, deja claro que sus chicos estuvieron bien, pero que no pudieron evitar dejar el encuentro en manos de la mencionada última acción de Stephen Curry.
«Simplemente no fue el mejor momento para nosotros. Jugamos un partido de baloncesto bastante bueno, jugamos lo suficientemente bien como para vencer a estos muchachos. Una jugada en los últimos dos segundos cambió el resultado», sentencia.
(Fotografía de Lachlan Cunningham/Getty Images)