Stephen Curry no necesita refuerzos

Los Warriors no se movieron en el cierre de mercado. Pero teniendo a Stephen Curry, está prohibido darlos por muertos.

Steph salió esta madrugada a jugar a Indiana como si quisiera demostrarle al mundo que se vale solo, que mientras haya un balón naranja, un aro y una línea de triple él se las apaña para sacar a este equipo adelante. Porque a ratos eso fue todo lo que necesitó. El base inauguró el duelo con un triple en catch & shoot que puso sobre aviso Gainbridge Fieldhouse, y de ahí en adelante todo fue un festival de tiro.

Hasta 11 triples convirtió Curry a lo largo de la noche, para los que solo necesitó 16 intentos y con los que se fue a 42 puntos dando la sensación de que habrían sido más de haber sido necesario. De ellos, 29 llegaron en una primera parte que alcanzó límites absurdos, en la que ni enviando dos jugadores a defenderlo a 9 metros del aro bastaba para poner freno a su exhibición. Chof, chof, chof. 8/9 en triples, 10/11 en tiros de campo. Al descanso, Steph ya había dejado claro que iba a ser uno de los protagonistas de la noche.

Con este, ya son 25 partidos para él en los que anota al menos 10 triples. El segundo en esa lista es Klay Thompson con 9. Para empatar con Curry, habría que juntar a los siete hombres que le siguen en dicha clasificación. Pocos datos definen mejor lo que es jugar en otra dimensión.

Un necesario respiro

La diferencia en el marcador tardó en ser abrumadora, pero los Pacers no parecieron nunca capaces de tomar las riendas del choque. A cada intento de reacción llegaba un nuevo golpe, lo que mantuvo la distancia en dobles dígitos durante toda la segunda mitad y fue acabando con la moral de los locales, que a base de ser agresivos forzaron a Curry a soltar algo más el balón pero que no por ello contuvieron la ofensiva de los de Kerr.

Con el base captando la atención, fue más sencillo para hombres como Jonathan Kuminga o Gui Santos, autores de 18 y 13 tantos respectivamente, y para el resto de la rotación, en la que nadie brilló en exceso pero en la que todos aportaron. Porque con una estrella tan grande en el centro, a los planetas no les queda otra que girar en armonía.

Indiana no pudo pues presentar batalla, como tampoco lo hizo un Tyrese Haliburton al que la defensa visitante no permitió encontrarse cómodo como anotador y dejó en tan solo 5 puntos tras su 2/7 en el lanzamiento. Pascal Siakm con 16 y Myles Turner con 15 lideraron un ataque que estuvo muy lejos de ser el de sus mejores noches y fue reducido a la nada por unos Warriors que, ahora que han asumido que no va a venir nadie a salvarlos, están tratando de encontrar la forma de salir a flote.

(Fotografía de portada: Dylan Buell/Getty Images)


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