Con siete triunfos en los pasados ocho encuentros y una victoria prácticamente en la mano, los Golden State Warriors dejaron escapar una ventaja de 13 puntos ante los Clippers en el último cuarto. El equipo se deshizo especialmente en defensa, permitiendo demasiadas penetraciones que acabaron en tiros abiertos. Stephen Curry, que suma 36 triples en los últimos cuatro encuentros (récord histórico) con un 54% de acierto, se fue a los 42 puntos para liderar a los suyos. Pero no fue suficiente, lo que dejó al futuro miembro del Salón de la Fama bastante frustrado. «Somos muy mediocres», sentenció.
«Ser así de mediocres no te garantiza nada en esta liga. Necesitamos una racha. Ojalá podemos ganar mañana [por hoy] y comenzar a ganar todo en casa y robar algunas victorias fuera», continuó en sus declaraciones. El base hacía hincapié en hacer del Chase Center un fortín como lo ha sido durante la inmensa parte de la última década. «Tenemos que volver a infundir miedo en casa».
Hacerse fuertes en casa, una prioridad
Aunque los Warriors hayan conseguido salir de la mala dinámica en el último par de semanas, especialmente a través de su defensa, ahora mismo cierran los puestos de play-in en la décima posición del Oeste. Con un 26-26 que les alejan a dos partidos ya de unos Lakers también en alza. Gran parte de la culpa de ese 50% lo tiene, precisamente, su récord en casa. El curso pasado los Warriors firmaron una de las mejores temporadas de la NBA como local con un 33-8. A estas alturas, ya suman casi el doble de derrotas en su propio feudo: 14-14.
(Fotografía de portada Al Bello/Getty Images)