Muchas veces, una lesión en el momento menos oportuno puede cambiar la historia de un jugador, de una franquicia e incluso de toda la liga. Otras veces, sin embargo, sirven como excusa en retrospectiva o para iniciar narrativas un tanto exageradas sobre lo que habría o podría haber pasado. Y Lance Stephenson ha decidido jugar a esto cuando se le preguntó por la temporada 18-19 de Los Angeles Lakers.
«LeBron tuvo una lesión en la ingle, Kuzma también se lesionó… Muchos jugadores tuvieron muchos problemas físicos ese año. De no haber sido por eso, creo que habríamos ganado el anillo» afirmó en unas declaraciones para Brandon Robinson, periodista de Bally Sports.
Siendo justos con Lance, hay que reconocer que las lesiones fueron un evidente problema de aquella plantilla, mucho más de lo que él mismo da a entender. James solo pudo disputar 55 partidos, Brandon Ingram 52, y Lonzo Ball 47, mientras que Kuzma, pese a la mención de Stephenson, se mantuvo relativamente sano y llegó a jugar 70. No obstante, es obvio que este fue un obstáculo para el equipo, que arrancó el año a buen ritmo pero fue cayendo a medida que sus hombres fueron pasando por la enfermería. De hecho, cuando LeBron se lesionó en la jornada de Navidad, los californianos eran cuartos del Oeste con un balance de 20-14. Desde entonces, firmaron un 14-31 y terminaron en la décima posición.
Dicho esto, de ahí a decir que estando sanos habrían ganado el anillo hay un salto, y no precisamente pequeño. Aquella plantilla no iba precisamente sobrada de armas además de LeBron, pues muchos de los jugadores importantes eran aún muy jóvenes y difícilmente podrían haber dado la machada en los playoffs de un Oeste infernal dominado por los Warriors de Curry y Durant. ¿Que habrían estado más arriba? Seguramente. Pero por otro lado, quizás el batacazo tras las lesiones ayudó a lanzarse de una vez por todas a por el traspaso de Anthony Davis. Y todos recordamos qué vino después.
(Fotografía de portada: Yong Teck Lim/Getty Images)