Echando un ojo a la composición de la plantilla de Estados Unidos para este Mundial, podría parecer que la posición de pívot es la menos nutrida del equipo. Con Walker Kessler como único center puro, Steve Kerr parece haberse decantado por jugadores más flexibles y que se encuentran a caballo entre el 4 y el 5 como Jaren Jackson Jr. y Bobby Portis, pudiendo así crear quintetos más versátiles. De hecho, el técnico ha reconocido su intención de usar como interiores a hombres no habituados a dicha posición, algo que hará en concreto con Paolo Banchero.
«Va a jugar algunos minutos como pívot» afirmó. «Una de las cosas que comprobamos en los Juegos Olímpicos de Tokio fue que tener un pívot que pueda botar y correr con el balón en transición para crear jugadas es algo muy difícil de frenar para los equipos en FIBA. Ya ha demostrado que puede jugar como 4, pero también tendrá bastantes minutos de 5».
Esta puede ser un arma interesante para los norteamericanos, pero a su vez supone un cambio notable con respecto a las otras opciones que habrá que ver qué tal funciona. Jackson y Kessler son dos de los mejores protectores de aro de la competición, aspecto en el que Banchero no resulta tan poderoso y puede generar alguna carencia. No obstante, ante determinados quintetos más pequeños y móviles este puede ser un ajuste necesario, y de hecho Kerr no es precisamente un entrenador falto de experiencia a la hora de usar quintetos sin un pívot intimidador.
(Fotografía de portada: Ethan Miller/Getty Images)