Todos conocemos los fuertes dolores de espalda de Steve Kerr. Tanto le han lastrado los últimos dos años que, aparte de haber tenido que pasar por quirófano, la campaña pasada tuvo que estar varios meses de baja hasta que se recuperase, ocupando Luke Walton su puesto en el banquillo de los Warriors.
En todo ese camino sufrió mucho, tanto por no poder estar con sus jugadores como por las molestias físicas. Para poder aliviar un poco esa situación, el técnico confesó anoche en CSN Bay Area que en ese periodo usó marihuana con el objetivo de rebajar los dolores que tenía.
«Supongo que quizás podría meterme en líos por esto, pero consumí marihuana dos veces durante el último año y medio para aliviar este dolor crónico que he estado padeciendo», dijo Kerr.
Probarlo por desesperación
«Investigué mucho, recibí muchos consejos de la gente. Yo no tenía idea de si yo habría dado positivo en un control antidrogas. Ni siquiera sé si yo estoy regido bajo esos tests o se me aplican las normas antidroga de la NBA. Pero lo intenté y tampoco me ayudó demasiado. Valió la pena porque estaba buscando soluciones para mi dolor. He probado con analgésicos y medicamentos de otros tipos. Es un tema complicado», añadió el entrenador.
Una NBA más tolerante con su uso
Kerr aprovechó para expresar su opinión acerca de las normas antidrogas que imperan en la NBA. El técnico argumentó que quizás debiera levantarse un poco la mano con los castigos cuando se trate de jugadores que toman esta droga para aliviar dolores provocados por fuertes lesiones deportivas, casi como una alternativa a los métodos legales actuales.
«Sólo lo he probado un par de veces, así que no soy experto en la materia. Pero sí sé esto: si por ejemplo eres un jugador de la NFL y tienes muchísimo dolor, no hay ni una duda de que la marihuana es mejor para su cuerpo que la vicodina. Y sin embargo a muchos atletas de todo el mundo se les da vicodina como si fuera vitamina C, como si no fuera gran cosa. Me gustaría que las ligas deportivas fueran capaces de mirar más allá», expresó Kerr.