Ha llegado el día más temido para Steve Nash en su carrera deportiva. El día de su retirada de las pistas de baloncesto. Y lo ha hecho sin avisar. Sin dar ninguna señal. De la noche a la mañana.
El canadiense dice adiós tras 18 años en activo y 1217 partidos oficiales en sus piernas.
«Realmente pensé que iba a terminar la temporada», admitió Nash en rueda de prensa. «Hice todo lo que podía. Creo que estaba en buena forma como nadie para la pretemporada. Pero cuando me desperté a la mañana siguiente era un desastre. Ahí es cuando comencé a pensar largo y tendido en lo que podía hacer esta temporada», explicó.
«Al final lo tuve bastante claro y la decisión fue un hecho para mi. No iba a ser capaz de sostenerme. No habría sido capaz de ayudar al equipo este año», destacó.
Nash explicó que tardó 10 días en tomar su decisión. Se reunió con Mitch Kupchak, se apoyó en su familia y amigos, y trató de pensar profunda y honestamente su decisión. Probablemente sabía desde hace tiempo que su retirada estaba cerca, pero quería intentarlo una vez más.
«Creo que Gary Vitti y los médicos, mientras yo estaba aquí, me dieron un par de toques de atención que yo trataba de ignorar», reconoció. «Pero yo no lo habría tenido tan claro o lo hubiera aceptado si me hubiera echado para atrás», explicó Nash.
El pasado domingo, a sus 41 años, Steve Nash redactó un dolorosa carta en la que hacía oficial su retirada de las pistas de baloncesto.
Atrás deja 1.217 partidos oficiales de la NBA; 17.387 puntos; 10.335 asistencias o dos galardones MVP. Pero sin duda su época más recordada será en Phoenix Suns, cuando lideró el Run & Gun de Mike D’Antoni.