La eliminatoria entre Celtics y Nets no podría haber tenido un mejor arranque. El Game 1 de la misma no defraudó pese a las muchas expectativas creadas, y nos regaló una verdadera carnicería mucho más propia de rondas más avanzadas en la que Boston logró llevarse la victoria en el último segundo. Los de Udoka se impusieron en un final para el recuerdo por 115-114, asestando el primer golpe de una serie que promete estar plagada de grandísimos momentos.
Jayson Tatum fue quien se encargó de dar el triunfo a los suyos en la última acción, poniendo la guinda a un gran partido tanto en la materia anotadora como en la creación de juego. El alero, que terminó con 31 puntos y 8 asistencias, remató una jugada en la que tanto Jaylen Brown como Marcus Smart demostraron una enorme paciencia y un increíble control de los tiempos, no precipitándose a la hora de asumir el último lanzamiento y moviendo el balón para que llegase al compañero que se encontrase en mejor posición. Este fue Tatum, que se libró de la defensa de Irving con un reverso y anotó bajo el aro para llevar el delirio al TD Garden.
«Cuando Marcus botó el balón hicimos contacto visual y me dio un gran pase» aseguró Jayson. «La cosa no podía haber acabado de mejor manera. Una canasta ganadora sobre la bocina en un partido de playoff en casa».
Tatum, que estuvo secundado por los 23 tantos de Jaylen Brown y los 20 que sumaron tanto Smart como Al Horford, este último capturando además 15 rebotes, salvó así los muebles de unos Celtics que parecían encaminados a una victoria algo más cómoda. Tras una gran salida de vestuarios tras el descanso, los de Massachusetts llegaron a colocarse con 15 puntos de ventaja en el tercer cuarto, pero los Nets no tardaron en dejar claro que tumbarles sin sufrimiento no era una opción.
En concreto, fue Kyrie Irving quien se hizo con el control del choque cuando peor estaban los suyos y comandó un parcial de 2-17 de salida del último cuarto. El base firmó una absoluta exhibición en el tramo final del encuentro, anotando 18 de sus 39 puntos en el cuarto periodo y poniendo contra las cuerdas casi por su cuenta a unos Celtics que no pudieron hacer nada para frenarle. De hecho, el triple con el que colocó el 111-114 a falta de 45 segundos parecía estar cerca de colocarle como el héroe del partido, pero Boston aún tenía una última bala en la recámara.
No estuvo tan bien Kevin Durant, quien pese a terminar con 23 tantos se quedó en un 9/24 en el tiro que es fiel reflejo de su inconsistencia. El ex de los Warriors no fue capaz de acercarse al impacto de su compañero, y aunque anotó algunos lanzamientos importantes en el tramo final también quedó a deber en algunas acciones, incluida la canasta final de Tatum, en la que, como defensor del alero de Boston, perdió por completo la marca y facilitó el game-winner. Además, tuvo en sus manos un triple que habría supuesto la sentencia a falta de 15 segundos, aunque en esta ocasión la buena defensa local impidió que el ataque de Brooklyn generase una buena situación para anotar.
«Han hecho un gran trabajo manteniéndome lejos del aro y ayudando en la pintura» aseguró KD. «Tengo que ser más riguroso en mis movimientos, aunque también ha habido muchos tiros que se me han salido de dentro».
(Fotografía de portada: Maddie Meyer/Getty Images)