Esta vez no hubo milagro. Después de una remontada milagrosa en el Game 3 que dio continuidad a unos playoffs plagados de heroicidades, los New York Knicks no pudieron repetir la hazaña en el cuarto partido y acabaron cayendo por 130-121. Un resultado que les pone contra las cuerdas y tras el que Tom Thibodeau lamentó que volvieran a verse tan por debajo una vez más.
«Como llevamos haciendo todos los playoffs, volvimos a complicarnos la vida y a tener que ir por detrás, y aunque normalmente estamos cómodos en esas situaciones y mostrando nuestra resiliencia en los últimos cuartos, cuando te pones en esa posición demasiadas veces te acabas quemando» afirmó. «Creíamos que podíamos volver a lograrlo, pero hoy no hemos podido encontrar esa magia».
Parte del problema fue la incapacidad de los neoyorquinos para frenar a Indiana, tanto en estático como, sobre todo, en transición. En ese sentido, Josh Hart reconoció que tienen que hacer un mejor trabajo, pero también quiso reconocer el mérito de los Pacers por su constante agresividad.
«Es muy difícil de parar para cualquier equipo» comentó el alero. «Puedes parar una acción, pero entonces llega otra, y luego otra. Y es un efecto dominó. Desde que alguien tiene un problema, todo el equipo está en problemas durante toda la posesión. Tenemos que asegurarnos de ser más físicos y estar centrados para ponérselo más difícil».
(Fotografía de portada: Brad Penner-Imagn Images)