Apenas se había vestido 15 partidos de púrpura y oro cuando Los Angeles Lakers decidieron cortar a Thomas Bryant en julio de 2018. El pívot había llegado como parte de un intercambio de elecciones con los Jazz que dio con Josh Hart en tierras angelinas y Tony Bradley en Salt Lake CIty. Bryant pasó aquella primera temporada NBA mayormente en la G League. Cuatro años después los Lakers le han elegido para ser su posible pívot titular y él se ve más que preparado. «Mi juego ha evolucionado mucho gracias a la atención al detalle» declara el joven interior.
Bryant había progresado como un pívot ofensivo ideal para jugar bloqueos y continuaciones. No obstante, su lesión en el ligamento anterior cruzado a principios del curso 20-21 han frenado bastante sus expectativas de un tiempo a esta parte. A su regreso Thomas únicamente disputó 27 partidos, 9 como titular, en los que sus promedios se vieron seriamente dañados. Ahora, de vuelta a Los Angeles, espera por fin asentarse en la élite y dar portazo a sus problemas con las lesiones. «Puedo tirar, correr la cancha, leer jugadas y a las defensas más rápido. He mejorado mucho a lo largo de los años».
Para finalizar, Bryant apuntaba a la clave de este crecimiento. «La mayor diferencia está en la madurez. La atención al detalle que he adquirido, cómo me preparo para ser mejor jugador desde la sala de vídeo al trabajo que pongo cada día». En la última temporada que el pívot disputó más de la mitad de partidos sus promedios fueron de 13,2 puntos, 7,2 rebotes y 1,1 tapones en 25 minutos por noche.
(Fotografía de portada de Ethan Miller/Getty Images)