Isaiah Thomas llegó a Boston en 2015, año en el que vio cómo Cleveland les pasaba por encima en primera ronda. Bien. Solo han pasado dos temporadas, pero han sido suficientes para que este fantástico jugador haya conducido a los verdes -no sin ayuda- hasta unas Finales de Conferencia en las que volverá a verse ante LeBron James. ¿Derrotismo? Nada por el estilo.
«No nos dieron ninguna oportunidad en esta serie (contra Washington), ni tampoco cuando nos pusimos 0-2 en la anterior (contra Chicago). Tuvimos la mejor temporada de todos y por ello conseguimos la ventaja de campo, aunque tampoco sirva para que nos den posibilidades. Pero aquí seguimos. A quién le importa lo que otros puedan decir», expresa en declaraciones recogidas por Le Figaro.
Pongan en más o menos aprietos a los de Ohio, nadie puede restar mérito a un equipo que en 2013 cerraba una época con las salidas de Paul Pierce y Kevin Garnett, y que solo cuatro años después está entre los dos mejores conjuntos del Este. Así lo explica Thomas:
«Sí, eso dice mucho. Nadie hubiera pensado que podíamos llegar tan rápido. Cuando llegué era algo que creo nadie esperaba. Nadie nos veía en una final de conferencia a los dos años. Pero tenemos un gran grupo desde el primer al último jugador. Creemos en nosotros. Nadie baja los brazos ni se cree que es más bueno que nadie. Aún estamos en el tablero. Tal vez nadie cree en nosotros, pero no importa».
Ese espíritu del que habla Thomas es algo que ha acompañado a los Celtics durante toda su historia. Quizás por ello, el base de los de Massachusetts preparó el decisivo partido contra Washington Wizards recordando, y visionando, una de las grandes batallas que se vivieron hace poco.
«El día antes del Game 7 vi el partido de 2008 y el enfrentamiento entre Paul Pierce y LeBron James. Dos estrellas que se encuentran frente a frente, que se defienden entre ellos. Fue un partido histórico y yo llegué con la lección aprendida. Sabía que sería un gran partido y en ningún caso fácil. Salir ganadores dice mucho de este equipo. No fue según nuestro plan ideal, pero siempre nos mantuvimos firmes. Así es como hemos jugado todo el año».
Tan dolorido como entregado
A estas alturas de curso, y chocando cada noche con cuerpos que le doblan en tamaño, muchos se preguntarán cómo puede ser que Isaiah Thomas siga en pie y rindiendo a tal nivel. La explicación es sencilla: sorportando el dolor. «Físicamente no estoy me mi mejor momento, tengo dolores, pero… son los playoffs. Hago un trabajo específico cada día. Estoy listo para jugar… y no diré más, pero la realidad es que me duele todo el cuerpo.