El curso pasado, los San Antonio Spurs constataron que una cuidada estrategia en la circulación de balón, el dominio del extra pass y la implicación de cuantos más efectivos, mejor, pueden rentar más que reunir a tres superestrellas a golpe de derrama.
Desde aquello, existe una tendencia en la NBA de mimar mucho más el juego colectivo. Amasar las jugadas hasta que surge opción de culminar.
Ejemplos de la creciente moda en la circulación ofensiva son los propios Spurs –este año no llevados tan al extremo de la genialidad–, los Hawks o los Warriors. Paradigmas de un sistema colectivizado que, sin necesidad de la sola y única genialidad de sus estrellas, abren las defensas de cuajo. Y todos ellos miran alto en la clasificación de sus conferencias.
Viendo la siguiente serie de jugadas, Golden State queda muy bien parado en la materia. Ahora, para vosotros, lectores, ¿es el de los Warriors el mejor juego colectivo de la NBA?