Un tiro libre da el triunfo a Houston

Dominaron todo el encuentro, moviéndose cómodamente en el marcador con un colchón que orbitaba entorno a los diez puntos. No fue hasta los tres minutos finales cuando los Houston Rockets empezaron a sentir el aliento de su adversario en el cogote. Y los Dallas Mavericks se situaban a la par, morro con morro, justo en la recta de meta, por medio de un triple enviado desde Mordor y con Wesley Matthews como remitente.

Pero esto ocurrió con 4,1 segundos para el buzzer final. Tiempo de sobra para una última misiva. ¿Su escriba? James Harden, quién sino. Y lo hizo a su más puro estilo; desde la línea de personal. Eso sí, no escatimó en emoción.

El marcador reflejaba empate a 92, y restaba una décima en el crono; por lo que ‘La Barba’ hizo sus cálculos. Un tiro libre necesitaba y un tiro libre encestó. Y para que nadie se relajara antes de tiempo eligió anotar el segundo. El Toyota Center vibraba con un sólo latido, y el estallido fue unánime y total. Dos victorias llevan los Rockets, dos duelos tejanos, ambas veces los Mavs han sido la pobre víctima; aunque en esta ocasión haya habido que apurar la bocina.

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Sin Dirk

No jugó Dirk Nowitzki, por lo que alguien debía coger sus galones y sus tiros. Fue, de motu proprio, Matthews, quién se erigió como sustituto. Estuvo desatado, qué no acertado. Clavó el triple del empate, sí, pero fue de lo poquito que le entró anoche. El escolta concluyó con 25 puntos, pero ello merced a 25 tiros; 15 de ellos fueron intentos de triple, de los que sólo tres hicieron ¡chof’!

J.J. Barea desde el banquillo —pero con 31 minutos— fue el segundo máximo anotador de los Mavs con 18 puntos, y un Harrison Barnes fallón (3/11) cerró la lista de jugadores de Rick Carlisle con dobles dígitos en anotación.

«Nuestro margen de error es muy pequeño», declaraba Matthews al cierre. «No somos los Warriors, no somos los Cavaliers, no somos los Spurs… pero somos un buen equipo. Por lo que tenemos que reducir al mínimo las cosas que no podemos controlar».

Los fichajes funcionan

Harden fue por supuesto el líder de su equipo, concluyendo con 28 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias. También sufrió 8 pérdidas de balón, estando especialmente errático en los minutos finales del partido, cuando los Mavs apretaban y él dirigía la ofensiva en el rol de base, tomando un puñado de decisiones equivocadas.

No obstante Harden es el líder, y esta temporada parece que puede estar mejor acompañado que nunca desde que acampó en Houston. Los tres grandes fichajes de la gerencia de este verano volvieron a responder. Eric Gordon (14), Ryan Anderson (14 puntos 12 rebotes) y Nene Hilario (11 desde el banquillo) suponen un gran sostén para descargar parte del peso ofensivo a la estrella de la franquicia.

Harden, por descontado y en lo que al choque concierne, estaba encantado y divertido con el desenlace. «El entrenador me quería matar. Me dijo que encestara el primero y fallara el segundo, e hice justo lo contrario», reía el guard. «Pero estoy contento de haberlo logrado e irnos con una victoria».

«Eso es lo que él hace», decía el susodicho, Mike D’Antoni. «Es por eso que es uno de los mejores, especialmente sacando faltas y yendo a la línea de personal».

Próximos encuentros

Con este resultado los de Mark Cuban siguen sin saber lo que es la victoria este curso, contando por derrotas sus tres partidos disputados. Tendrán una nueva oportunidad en Utah en dos días.

Por su parte, los Rockets se lanzan a la aventura en la carretera desde mañana mismo para una gira de cinco partidos; y no empiezan suave precisamente en la primera etapa. Visitan Cleveland.


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