Hace unos días la prensa neoyorquina filtraba la insatisfacción de una parte importante de la cúpula de los Knicks con respecto a Tom Thibodeau. No tardaría mucho en sugerirse que la información salía de una conversación entre James Dolan, dueño de la franquicia, y William Wesley, vicepresidente ejecutivo. En la presunta conversación, los directivos derivaban en los hombros del técnico buena parte de la culpa de los malos resultados. Thibodeau está lejos de estar preocupado por los rumores.
«Hablo con Wes y James todos los días. No respondo a rumores ni nada por el estilo. Sé cómo van las cosas por aquí. He estado antes en esta situación, así que no me preocupan estos asuntos» asegura el entrenador en la última rueda de prensa que ha concedido. Thibodeau solo está en el segundo de los cinco años de contrato que firmó con los Knicks en 2020. La franquicia no solo ha confiado en él personalmente, sino que ha intentado configurar un equipo para mantener las expectativas generadas el curso pasado. Nada de ambiciones desmedidas y casas por la ventana, solo pequeños movimientos que elevasen el suelo del equipo. Las cosas no han salido como esperaban, pero no parece que apuntar a Thibodeau sea una solución coherente a corto plazo.
(Fotografía de portada de Elsa/Getty Images)