A menudo, las estrellas de la NBA son cuestionadas por emplear su verano para defender los colores de sus selecciones en lugar de dedicarse a descansar tras una temporada tan dura y exigente en lo físico y mental como lo es la nortemericana. A ésto suele unirse la «solicitud» encubierta de las franquicias, tratando de disuadir a sus activos de participar en torneos de selección, con el objetivo de tenerlos lo más recuperados y saludables para el retorno al comienzo liguero en periodo otoñal.
Tony Parker, sin duda en el top 5 de los mejores jugadores de la historia, a sus 33 años y tras haberlo ganado todo con los Spurs y un Eurobasket con el combinado galo, sigue hambriento y no se plantea renunciar a su país.
«Mi ídolo era Michael Jordan. Él siempre estaba motivado para ser el mejor. Mucha gente me ha preguntado ‘Tony, ¿por qué sigues jugando para el equipo nacional de Francia? No tienes nada que demostrar’. Pero estoy motivado para jugar el mayor tiempo posible, usar mi talento todo lo posible y sobrepasar mis límites», explicaba Parker al medio ESPN, en plena atmósfera baloncestística por el Eurobasket que ha dado comienzo hoy mismo.
¿El mejor europeo de la historia?
Nunca es mal momento para reabrir el debate, tan controvertido como válido para todos los gustos. Y el propio Parker, carne de este dilema, ha sido interrogado sobre que papel ocupa él por la poltrona europea.
«Es un honor aparecer en la conversación sobre el mejor europeo de la historia. Nunca te lo planteas cuando empiezas en esto. Tienes muchos nombres, como (Tony) Kukoc, (Drazen) Petrovic, quien desarrolló su carrera en Europa. Es extraño pensar en alguien de Francia como el número uno».