Si la serie hubiera contado al mejor de 50 partidos, probablemente, nos daría el mes de agosto con Miami Heat y Toronto Raptors discutiendo quién es vasallo de quién. Al final, tras el Game 7, los Raptors se impusieron (116-89) porque tenía que quedar uno. La final del Este y los ya aburridos Cavaliers esperan tras una de las semifinales más simétricas de los últimos años.
Séptimo partido, Toronto engalanado, con el «We the North» más alto que nunca y, sobre la eliminatoria, la incertidumbre más firme de todo lo que llevamos de Playoffs 2015-16. Podría haber pasado cualquiera. De hecho, la igualdad fue tal durante toda la serie que al descanso del Game 7, Toronto solo mandaba por dos puntos en cómputo total (631-629).
La equidad hecha serie de Playoffs tenía que terminar hoy y lo hizo de la mano de un Kyle Lowry célebre. El base terminó con 35 puntos, 7 asistencias y 8 rebotes siendo el paladín del pueblo norteño contra los invasores sureños.
Lowry
Exhibición categórica la de Lowry, que estuvo bien apoyado por el escudero DeMar DeRozan (28 puntos aunque algo más nublado en los lanzamientos con 12 de 29) y Bismack Biyombo (17 puntos y 16 rebotes).
La llamada en armas de Lowry fue plena. 5 de 7 en triples, automatizando lanzamientos desde fuera y castigando con puntos tras bloqueo la defensa de Miami. También agredió en transición o después de circulación colectiva (las menos). Además de anotar, Lowry también dirigió sinfónicamente la columna jurásica.
La pintura
Aparte de que Lowry fuera sicario particular de Miami, el revólver de los Heat apuntó directamente a sus propios pies desde el juego interior. Con destacamento especial a Biyombo, Toronto hizo polvo a Miami en la pintura.
Rebotes fugados en defensa, superioridades ante el small ball extremo de Erik Spoelstra (Justise Winslow volvió a ser techo durante muchos minutos)… La zona dibujó perfectamente la grieta para que los Raptors se escapasen de los Heat.
Despiece aparte merece el apartado de los rebotes, donde Toronto cogió 20 ofensivos (ni las barras libres tras una unión marital) y 30 defensivos. Los Heat se quedaron en 7 capturas en ataque y 23 en retaguardia. Esta ecuación se despeja con facilidad: Miami con más agujeros que un colador por los aires.
Rebotes
Patrick Patterson (7 rebotes ofensivos) fue tuerto rey en el país de los ciegos. Con tan pocos centímetros enfrente, su alergia a la zona encontró el antihistamínico perfecto.
Quitando el detalle interior, la igualdad fue credo a recitar en el partido, como en toda la serie. Fue después del descanso cuando los Raptors pusieron la moto sin remedio, pero hasta entonces Dwyane Wade (16 puntos) y el achatado quinteto de Miami mantuvieron la figura.
Goran Dragic, 16 puntos y 7 asistencias, fue otro de los jefes de sección por los Heat, aunque su concurso resultó insuficiente. Con la baja de Hassan Whiteside, las opciones de Miami (sabido es) eran menores.
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— x – Toronto Raptors (@Raptors) May 15, 2016
Primera final y Cavs
Adiós a una más que digna temporada para los Heat, que sin Chris Bosh en el intervalo decisivo y con Whiteside herido de guerra a la hora de combatir, pelearon por disputar el trono del Este hasta el final. Excepcional noticia que Wade volviera a verse en dibujos animados.
Para los Raptors, que se medirán a los Cavaliers en la final de conferencia, la antesala de las Finales NBA 2015-16 supone la primera aparición en una serie tan decisoria.
Así, ya solo quedan tres franquicias sin haber disputado una final de conferencia, Clippers, Hornets (herencia de los Bobcats) y Pelicans.
A los Raptors les queda resabio de deber cumplido, de confirmación tras su segundo puesto de conferencia en temporada regular. Lo que ahora les queda es deshacerse de la sensación de saco de boxeo que parecen presentar ante los triunfantes Cavs. La pregunta está más en cuántos partidos serán capaces de aguantar.