Quizás Tom Thibodeau llegase demasiado pronto a la vida de Karl-Anthony Towns. Ambos compartieron experiencia en los Minnesota Timberwolves desde 2016 hasta 2019. Una etapa en la que el equipo de Minneapolis logró clasificarse a playoffs, en parte, gracias a la suma de Jimmy Butler. Pero aquel primer viaje a postemporada mostró las costuras de un Towns aún demasiado inmaduro, con quien Jimmy se cebó. Ahora, tras reunirse con Thibs cinco años después en Nueva York, el interior perjura haber cambiado. «Soy un jugador diferente al que era la primera vez que entrené con él. Tenemos posiciones distintas, pero un pasado en común que nos ayudará», cuenta.
En este tiempo Thibodeau no ha tenido ningún problema en abrazar un juego más basado en el lanzamiento exterior. Una tendencia que se enfatizará esta temporada en los Knicks con los nuevos fichajes. Ahora bien, la defensa sigue siendo innegociable. En esa faceta se ha visto a un Towns bastante mejorado en los últimos tiempos. Incluso plantando cara a Nikola Jokic en los pasados playoffs y pudiendo vivir para contarlo. El reto que tiene por delante en. New York, eso sí, será otra cosa. Pues dejará de contar con un compañero de pintura como Rudy Gobert para jugar como interior único. «Estoy preparado para asumir la responsabilidad de dirigir y patrullar la defensa como pívot. […] Es esa identidad defensiva la que nos dará victorias», apunta.
Por su parte, el técnico prefiere expresarse con su habitual pragmatismo para explicar lo que supone cambiar a Julius Randle por Towns. «Son jugadores diferentes en unas cosas, pero similares en otras. Julius era más ala-pívot, pero era un jugador fantástico. Lo que nos daba en la anotación, el pase y el rebote. Ahora necesitábamos un pívot. Y cuando veo a Karl, me gusta su versatilidad y el tamaño es importante para nosotros».
(Fotografía de portada de Zhong Zhi/Getty Images)