Mal estreno para los Knickerbockers y especialmente para un Julius Randle en su primer encuentro de los playoffs tras ocho de ausencia. Los Knicks cedieron ante los Atlanta Hawks gracias a un Trae Young que silenció a los 15.000 espectadores allí presentes con una acción propia de los más grandes a falta de 0,9 segundos para el final del tiempo reglamentario.
Con el empate a 105 en el marcador, Trae Young asumió los galones y se deshizo de sus dos marcas para posteriormente lanzar su bombita de toda la vida (como diría Guillermo Giménez) y darle la primera victoria a su equipo.
El base finalizó el encuentro con 32 puntos, 10 asistencias, 7 rebotes y un perfecto 9/9 desde la línea de personal, y además se ganó la enemistad del acalorado público neoyorquino. Sin embargo, tal como dice el refranero popular: ‘quien ríe último, ríe mejor’.
«Es pequeño, pero es muy duro y no tiene miedo a nada», admitió su entrenador Nate McMillan al medio ESPN.
Por momentos parecía que volvíamos a la década de los 90 con el público entregado en contra de Reggie Miller y un alborotador Spike Lee en la banda del Garden. Pero tal como sucedió con el jugador de Indiana, Trae Young también se alzó ganador a pesar del ambiente infernal que vivió.
«Esta era una fiesta de presentación para él y está listo para hacerlo», destacó su compañero Louis Williams.
Otros destacados de los visitantes fueron Bogdan Bogdanovic con 18 puntos y un 4 de 9 en triples; seguido por el citado Williams y John Collins con 13 y 12 tantos respectivamente.
En los neoyorquinos, los reservas Alec Burks y Derrick Rose mantuvieron vivos a los Knicks con 27 y 17 puntos respectivamente; y el joven R.J. Barrett amasó un doble-doble con 14 tantos y 11 rebotes.
Randle, desacertado
No fue el debut soñado para un Julius Randle (15 puntos y 12 rebotes) que atesoró un gris 6 de 23 en tiros de campo. A jugador de los Knicks se le vio totalmente superado y nunca estuvo cómodo sobre el parqué.
«Tengo otro partido. Solo tengo que ajustarlo un poco y sentirlo», admitió tras la ajustada derrota.
Un choque que vivió su momento álgido en la recta final con constantes cambios en el marcador y los puntos de mira muy afinados. Primero fue Trae Young para darle la ventaja a los Hawks 105 a 103 con dos tiros libres a falta de 28 segundos, y seguidamente Derrick Rose igualó a 105 con 8,9 segundos por disputarse.
La siguiente y última acción fue para los Hawks. El entregado público neoyorquino clamaba Defense, Defense pero la posesión solo podía llegar a la manos de Young que dejó sentados a Frank Ntilikina y Taj Gibson y conectó su último lanzamiento para silenciar al Garden que tanto le había abucheado.
(Fotografía de portada: Seth Wenig – Pool/Getty Images)